tag:blogger.com,1999:blog-81090783368774108982024-03-04T23:24:03.304-08:00LOS CUENTOS DE LA CONQUISTA DE AMÉRICAFernando Tola de HabichFernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.comBlogger12125tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-35174470180217237812013-05-11T04:21:00.002-07:002013-05-24T01:24:38.418-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: center;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p><span style="font-family: Times New Roman; font-size: large;"> </span></o:p></span></strong></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: center;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-size: large;">
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<div align="center" style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: center;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;">LA FANTASMA</span></strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: center; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;"> Francisco
Cervantes de Salazar<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Un
tal Alonso de Ávila, comisionado por Cortés para llevar al Rey de España la
primera gran muestra de la riqueza de México, fue obligado en alta mar a
rendirse con su navío al corsario francés Florín, quien se lo llevó preso a
Francia bajo la idea que “usanza de la guerra era que el capitán vencedor
vendiese al capitán vencido”. Florín, al descubrir las enormes riquezas
encontradas en el barco, atribuyó al capitán capturado una gran importancia
personal y lo entregó al Rey bajo esa impresión. De inmediato fue encarcelado
en una fortaleza donde sólo estaban presos algunos señores. Se pidió
cuatrocientos mil ducados por su rescate.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Ávila
estuvo tres años enteros preso en aquella fortaleza, aunque bien tratado,
pero guardado con gran diligencia, para que no se fuese; y el primer año, casi
desde el primer día que en aquella fortaleza entró, todas las noches sin faltar
ninguna, después de apagadas las velas, de ahí a poco, sentía abrir la cortina
de su cama y echarse al lado una cosa que, al parecer del andar y abrir la
cama, parecía persona; procuró las primeras noches de abrazarse con ella, y
como no halló cuerpo, entendió ser fantasma. Le habló, le dijo muchas cosas y
la conjuró muchas veces, y como no le respondió, determinó callar y no dar
cuenta al Alcaide ni pedirle otro aposento, porque no entendiese que
hombre español y caballero había de tener miedo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Pasados
ya muchos días en que, sin faltar noche, le aconteció esto, estando una tarde
sentado en una silla, muy triste y pensativo, se sintió abrazar por las
espaldas, echándole los brazos por los pechos, le dijo la fantasma: “<span style="mso-ansi-font-size: 12.0pt;">Mosiur</span>, ¿por qué estás triste?”
Oyó la voz y no pudo ver más que los brazos, que le parecieron muy blancos, y
volviendo la cabeza a ver el rostro, se desapareció.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">A
cabo de un año que esto pasaba, viendo el Alcaide por la conversación que con
él y con otros caballeros tenía, que podía ya fiarse algo de él, consintió que
un clérigo que mucho se había aficionado a Alonso de Ávila, quedase a gran
instancia suya a dormir aquella noche en el aposento, donde hecha la cama,
frontera de la de Alonso de Ávila, apagadas las velas y cansados ya de hablar,
y que el clérigo se quería dormir, sintiendo que una persona, abriendo las
puertas, entraba por el aposento, habiéndolas él cerrado por sus manos, y que
abría la cortina y se echaba en la cama, despavorido y espantado de esto,
levantándose con gran presteza, abrió las puertas y salió dando grandes voces;
alteró a la fortaleza; despertó al Alcaide, el cual acudió con la gente de
guardia, pensando que Alonso de Ávila se huía.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Llegado
el Alcaide, el clérigo pidió lumbre, diciendo que el demonio andaba en aquel
aposento. Metida una hacha encendida, no se halló cosa más que a Alonso de
Ávila en su cama, el cual, sonriéndo, contó lo que había pasado un año continuo,
y la causa por la que había callado. Se maravilló mucho el Alcaide y los que
con él venían, y tuvieron de ahí en adelante en más a su persona, y así miraban
por él con menos recato.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Mucho
pesó después a Alonso de Ávila de haber descubierto lo que había pasado,
porque jamás sintió a la fantasma, y como le había abrazado y hablado tan
amo-rosamente, pensó que a no haber descubierto el secreto, le dijera alguna
cosa en lo tocante a su prisión, en la cual estuvo dos años más, porque no
había tanto dinero como el que pedían para ser rescatado y porque no querían
los fran-ceses acabar de desengañarse, creyendo siempre que era algún gran
señor y no un particular caballero.”<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Cervantes
de Salazar, Francisco: </span>Crónica de la Nueva España<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: small;">. Prólogo de Juan Miralles Ostos. Editorial Porrúa S.A.
México, 1985. Págs.770 a 772.</span> <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">NOTA<o:p></o:p></span></span></strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En el capítulo V, del libro sexto de la <em>Crónica de Nueva España,</em> de Francisco Cervantes de Salazar, figura la historia de la fantasma que acompaña a Alonso Ávila en su cautiverio francés; historia o cuento que sólo he visto recogido por Alberto M. Salas y Miguel A. Guerin, en su <em>Floresta de Indias</em>, y citado un par de veces por José Luis Martínez en su excelente trabajo sobre <em>Hernán Cortés</em>, tanto en su biografía como en los cuatro tomos de <em>Documentos cortesianos</em>.<br /><br />Sorprende que una historia tan especial haya sido dejada de lado o ignorada por las antologías que se han formado sobre el cuento durante la conquista y la colonia hispanoamericana. El único pretexto justificativo, y errado, podría ser que la historia se desarrolla en Francia o que no se sabe dónde obtuvo esa información Cervantes de Salazar.<br /><br />El autor de esta <em>Crónica de Nueva España</em>, había nacido en Toledo hacia 1518 y llegó a México con un brillante palmarés académico: estudios de Humanidades y Cánones en Salamanca; viaje por Italia y Flandes, secretario latino del cardenal arzobispo de Sevilla hasta su muerte; catedrático de Retórica en Osuna, y con tres obras en proceso de impresión: <em>Diálogo de la dignidad del hombre</em> de Fernán Pérez de Oliva, terminado por él; glosa y notas al <em>Apólogo de la ociosidad y el trabajo</em>, de Luis Mexía; y su traducción de la <em>Introducción a la sabiduría</em>, de Luis Vives.<br /><br />Sobre su viaje a México en 1551, lo justificaba diciendo que había hecho la travesía para “honrar a un deudo tan poderoso como Alonso de Villaseca”, en cuya casa se alojó cuatro años; la relación terminó en pleito cuando el pariente lo demandó para cobrarle los gastos ocasionados en beber, comer y vestir durante todo el tiempo que vivió en su casa.<br /><br />Cervantes de Salazar fue un hombre de libros, erudito, culto. En México fue rector de la Universidad, cronista de la ciudad y autor de tres excelentes diálogos sobre la ciudad de México que agregó a los cuatro ya redactados en España. Su crónica, en cambio, aparte de lo que se puede llamar “la pequeña historia”, se suponía compuesta a partir de la información que le proporcionaron algunos conquistadores o descendientes de ellos, pero en realidad sigue casi fielmente a Gómara, aunque trata de desvirtuarlo cambiando fechas, nombres y números para que se creyese que lo refutaba. Cervantes de Salazar falleció en 1575, en Nueva España.<br /><br />Imaginemos, como es posible, que la historia de Alonso de Ávila la inventara Cervantes de Salazar, la situara en Francia para evitar cualquier comprobación, y la escribiera por divertirse o para completar el número de pliegos de la Crónica por los que le pagaba el Ayuntamiento de México. Sea como fuera, la narración sobre la fantasma y Ávila es un buen cuento, pertenezca o no a la historia, con su principio, su intermedio y su final. Debió redactarse alrededor de 1560 o 1561, e ignoro si fue el primer cuento fantástico –tan claramente literario– escrito en México.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-12998606212971352552013-05-11T04:18:00.003-07:002013-05-24T01:32:42.329-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; tab-stops: 21.3pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-size: large;">
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; tab-stops: 21.3pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">LA
CACICA Y LOS CAPONES<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; tab-stops: 21.3pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pedro
Mártir de Anglería.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Permanecieron
treinta nuestros en aquellos parajes (llamada Ayay y bautizada por Colón isla
de Santa Cruz) durante dos días, y estando al acecho entretanto, vieron desde
las troneras venir de lejos una canoa; y al advertir que sus tripulantes eran
ocho hombres y otras tantas mujeres, a una señal atacaron la embarcación. Todos
los que en ella estaban comenzaron a herir a los nuestros mediante saetas
arrojadas con admirable rapidez y con crueles golpes; de este modo, antes de
que pudiesen protegerse con los escudos, uno de los nuestros, que era cántabro,
cayó atravesado por la flecha de una de las mujeres, la cual, con otra saeta,
infirió a otro grave herida. Se dieron cuenta de que aquellos dardos estaban
envenenados con cierta substancia, ahondada en derredor de la punta, de modo
que retuviese la ponzoña y ésta no se corriera. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Había entre los
enemigos una mujer, a la que, según podía conjeturarse obedecían los demás y
respetaban como reina. La acompañaba su hijo, torvo, robusto, de mirada
ferocísima y rostro leonino. Los nuestros a fin de no sufrir daños mayores,
heridos de lejos, y pensando que sería mucho mejor trabar combate cuerpo a
cuerpo, pusieron en movimiento con los remos la navecilla en que iban, y volcaron
con gran ímpetu la canoa; se fue esta al fondo, pero así hombres como mujeres
lanzaban contra los españoles sus mortíferas flechas con no menor aliento y
frecuencia que anteriormente. Por fin lograron aquéllos capturarlos cuando ya
se habían refugiado en un escollo cubierto por las aguas y después de dura
pelea en la que murió uno y quedó lastimado de dos heridas el hijo de la reina.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Llevados al
navío del Almirante, mostraban no menor ferocidad y tremendo semblante que los
leones africanos cuando se dan cuenta de haber caído en el lazo. No hay quien
los vea, que no confiese haber sentido una especie de horror en sus entrañas,
tan atroz y diabólico es el aspecto que la naturaleza y la crueldad han
impuesto en sus rostros. Lo digo por mi mismo y por los muchos que conmigo acudieron
más de una vez a verlos a Medina del Campo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: 7.1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Mártir de
Anglería, Pedro: </span>Décadas del Nuevo Mundo <span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">por..., primer cronista de Indias. Estudio y Apéndices por el
Dr. Edmundo O'Gorman. Traducción del latín del Dr. Agustín Millares Carlo. José
Porrúa e hijos, sucesores. Biblioteca José Porrúa Estrada de Historia Mexicana.
Dos Tomos. México, 1964. Ver tomo I, Págs. 118.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<span style="font-size: large;">NOTA<br />El contexto de esta historia contada por Mártir, son las amazonas. El tema debía estar en la orden del día porque se relaciona con lo dicho por Colón en su primer viaje, que ya tenía noticias de la isla y la existencia de amazonas. Mártir, sabiamente, no menciona para nada la posible identificación de la aguerrida cacica como reina de amazonas, pero se empeña en hacer manifiesto su furor, su fuerza, su excelente puntería y su terrible aspecto. El coste humano de este rápido enfrentamiento fue similar en ambos lados: dos españoles heridos por flechas envenenadas, y por los indígenas un muerto y herido el hijo de la cacica.<br /><br />Pero si la cacica esta poseída de aptitudes amazónicas, otros detalles eliminan su militancia. Tiene un hijo varón y la acompañan, además de siete guerreras, siete hombres preparados para guerrear. Otro detalle curioso de este cuento es la equiparación de Mártir de estos indígenas con los exhibidos en Medina del Campo y que le produjeron “una especie de horror en sus entrañas”.<br /><br />Como Mártir bebe en la misma agua que Hernando Colón y el padre Las Casas –imaginemos que en escritos originales de Colón–, esta historia también aparece consignada en la vida del almirante escrita por el hijo, y en la Historia de las Indias del sacerdote dominico. Como sucede muchas veces en este tipo de cuento, las cantidades se alocan y varían sensiblemente en los datos consignados por los cronistas y los historiadores.<br /><br />La versión del hijo en la <em>Historia del Almirante</em>, es bastante diferente, y con algunos detalles importantes que no consigna Mártir. Para él, la canoa esta tripulada solo por cuatro hombres y una mujer, la cual lanzaba sus flechas con tanta fuerza y destreza que una de ellas pasó una andarga de lado a lado. Dos “cristianos” resultaron heridos en este breve enfrentamiento. Todo terminó cuando el batel de los españoles embistió a la canoa de los indígenas, que volcó, y así pudieron capturarlos sacándolos del agua, desde donde uno de los indios continuaba “lanzando muchas flechas como si estuviera en tierra”. Los cuatro indios que viajaban con la mujer en la canoa, habían sido capados (¿incluso el diestro arquero?), como acostumbraban los caribes para que engordasen, “lo mismo que nosotros acostumbramos a engordar los capones para que sean mas gustosos al paladar”. <br /><br />En la <em>Historia de las Indias</em> del padre Las Casas, este mismo acontecimiento –que suele ser registrado como el primer enfrentamiento guerrero entre los indígenas y los españoles–, resulta prácticamente igual al contado por el hijo de Colón, salvo que al capturar a la mujer y a los cuatro indios, se vio que uno de ellos, sólo uno de ellos, “tenía cortado su instrumento generativo”.<br /><br />Pero aquí no termina el cuento. Miguel de Cuneo, un italiano, tal vez amigo de Colón desde la niñez y, al igual que éste, hijo también de un tejedor de lana, viajó a las Indias en 1493, siendo uno de los 1200 tripulantes que en una de las 17 naves acompañó a Colón en su segundo viaje, permaneciendo en las Indias hasta febrero de 1495.<br /><br />Pues bien, él también da su versión del cuento narrado por Mártir, Hernando Colón y Las Casas. Lo escribió en octubre de 1495, en una carta dirigida al “noble señor Jerónimo Annari”, con lo cual la versión de Cuneo es anterior a las tres ya citadas.<br /><br />Para él, en la canoa que parecía un “bergantín bien armado”, viajan tres o cuatro hombres y dos mujeres caníbales (él los llama “cambalos”) y dos indios hecho esclavos, a los cuales “les habían cortado hacia poco también el miembro genital hasta el vientre”. El enfrentamiento guerrero, con ligeros matices diferenciales, relata la misma historia, sobresaliendo la anécdota del caníbal tirado al agua por creerlo muerto, y que de pronto se pone a nadar; los españoles lo capturan con un garfio, lo suben a la nave y le cortan la cabeza con un hacha. Cuneo también dice que a los tres caníbales vivos que quedaban, junto a los dos esclavos capados, los enviaron a España, lo que puede servir de respaldo a la versión de Martir de haberlos visto en Medina del Campo, con “su atroz y diabólico aspecto”.<br /><br />Como colofón al cuento de la cacica y los capados, Cuneo incorpora un agregado personal muy pintoresco por la escasez de este tipo de testimonio en las crónicas: “Estando yo en la barca me apoderé de una mujer de los caníbales, muy hermosa, la cual el señor Almirante me regaló. Teniéndola en mi estancia, desnuda según es su costumbre, me asedió el deseo de solazarme con ella; deseándolo poner en ejecución y no admitiéndolo ella, me trató de tal manera con sus uñas, que jamás hubiese querido haber comenzado; visto lo cual, si he de deciros todo, tomé una cuerda y la azoté fuertemente, mientras ella daba gritos inauditos. Pero al final nos encontramos de acuerdo de tal manera, que para eso, os digo, parecía amaestrada en una escuela de putas.”<br /><br />Pedro Mártir de Angleria, el autor del cuento que encabeza estas páginas, fue un sacerdote italiano, nacido entre 1455 y 1459, aposentado en la corte española desde 1488 hasta su muerte en 1526. En ella fue maestro de la nobleza cortesana, “corresponsal de guera” en la campaña de Granada contra los árabes, capellán de la reina Isabel, embajador español ante el sultán de Egipto (que contara en <em>Legatio Babylonica</em>) y, a la muerte de los reyes católicos, nombrado por Carlos V, en 1518, Consejero de Indias y en 1520, cronista.<br /><br />Sus <em>Décadas del Nuevo Mundo</em>, son cartas escritas a personajes importantes de la nobleza italiana y de la corte papal, donde va registrando una especie de crónica de las Indias, que se ha considerado por su inmediatez muy próxima al estilo y el concepto del periodismo moderno. En ellas, en un lenguaje coloquial, va narrando el descubrimiento y la conquista de América, con información dada por el mismo Colón, por los conquistadores, por cartas, crónicas y relaciones de méritos. Su información es amplísima y los datos de sus décadas fundamentales para conocer los hechos históricos de América según se iban recibiendo en la Corte y en el Consejo de Indias.<br /><br />La primera década se inicia en 1494 y la octava concluye en 1526, poco antes de su muerte. La primera década se publicó en 1511; se reimprimió la primera, agregando dos décadas más, en 1516; en 1521 se publicó la cuarta década; y en 1530, de forma póstuma, las ocho décadas que han llegado hasta nosotros. La primera edición en castellano, impresa en Madrid, es de 1892, y la segunda, impresa en Buenos Aires, en 1944. Existen otras dos ediciones próximas: la impresa en México por José Porrúa e hijos en 1964, con un estudio y apéndices de Edmundo O’Gorman y traducción de Agustín Millares Carlos; y la de la editorial Polifemo, impresa en Madrid en 1989, con introducción de Ramón Alba. </span><br />
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span><span style="font-size: small;">· Mártir de Anglería, Pedro: <em>Décadas del Nuevo Mundo</em> por..., primer cronista de Indias. Estudio y Apéndices por el Dr. Edmundo O'Gorman. Traducción del latín del Dr. Agustín Millares Carlo. José Porrúa e hijos, sucesores. Dos tomos. México, 1964. 792 págs.<br /><br />· Colón, Hernando: <em>Vida del Almirante don Cristóbal Colón</em>, escrita por su hijo… Edición, prólogo y notas de Ramón Iglesia. Fondo de Cultura Económica. México, 1947. Págs. 149–150<br /><br />· Colón, Hernando: <em>Historia del Almirante</em>. Introducción de Luis Arranz. Historia 16. Dos Tomos. Madrid, 1991. Ver Tomo I. Ver pág. 169. <br /><br />· Cuneo, Miguel de: “Relación de…”, en: <em>Carta de Particulares a Colón y Relaciones Coetáneas</em>. Recopilación y edición de Juan Gil y Consuelo Varela. Alianza Editorial. Madrid, 1984. Ver págs. 241-242<br /><br />· De las Casas, Fray Bartolomé: Obras escogidas de.... <em>Historia de Las Indias</em>. Texto fijado por Juan Pérez de Tudela y Emilio López Oto. Estudio crítico preliminar y edición de Juan Pérez de Tudela Bueso. Ediciones Atlas. Biblioteca de Autores Españoles... (continuación), 96. Dos tomos. Madrid, 1961. Ver tomo I, Págs. 248–249.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;"><o:p> </o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;"><o:p> </o:p></span></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-56886287329227138052013-05-11T04:15:00.004-07:002013-05-11T10:16:25.087-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><o:p><span style="font-family: Goudy Old Style; font-size: large;"> </span></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-size: large;">
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</v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></span></v:shapetype></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">SE COMIERON A LOS CRISTIANOS<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Américo Vespucio<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Plugo a
Dios mostrarnos nueva tierra, y fue el día 17 de agosto (de 1501). Surgimos a
media legua, botamos nuestros bateles y fuimos a ver si la tierra estaba
habitada por gentes y qué tal eran. La encontramos habitada por gentes que eran
peores que animales; sin embargo, V.M. entenderá que al principio no vimos gente,
pero bien conocimos que estaba poblada, por las muchas señales que en ella
vimos. Tomamos posesión de ella por este serenísimo Rey, y encontramos que la
tierra era muy amena y verde y de buena apariencia; estaba cinco grados fuera
de la línea equinoccial hacia el austro. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Por este día volvimos a las naves; y porque teníamos gran necesidad
de agua y de leña acordamos tornar a tierra al día siguiente para proveernos de
lo necesario; y estando en tierra, vimos unas gentes en la cumbre de un monte
que nos estaban mirando y no se atrevían a descender.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Estaban desnudas y eran del mismo color y apariencia de las
anteriores; y aunque estuvimos tratando de que vinieran a hablar con nosotros,
jamás pudimos atraerlos, que no se fiaban de nosotros; y vista su obstinación y
que ya era tarde, volvimos a las naves dejándoles en tierra a su alcance,
muchos cascabeles, espejos y otras cosas. Y cuando nos alejamos en el mar,
bajaron del monte y vinieron por las cosas que les habíamos dejado, de las
cuales se admiraron mucho; y por este día no nos proveímos sino de agua.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">A la mañana siguiente vimos desde las naves que las gentes
de tierra hacían muchas humaredas, y pensando que nos llamaban, fuimos a
tierra, donde encontramos que había venido gran multitud; y todavía estaban
lejos de nosotros, y nos hacían señas de que fuésemos con ella tierra adentro.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Dos de los nuestros cristianos fueron a pedir al capitán que
diese su licencia, pues deseaban arriesgarse a ir a tierra dentro con ellos
para ver qué gentes eran, y si tenían alguna riqueza, o especiería, o
droguería. Tanto suplicaron que el capitán estuvo conforme; y se prepararon con
muchos objetos de rescate, separándose de nosotros con orden de que no tardasen
más de cinco días en regresar, porque eso los esperaríamos; y tomaron su camino
por tierra, y nosotros hacia las naves a esperarlos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Casi todos los días venían gentes a la playa, pero nunca nos
quisieron hablar. El séptimo día fuimos a tierra y encontramos que habían
traído con ellos a sus mujeres, y así como saltamos a tierra, los hombres de la
tierra mandaron a muchas de sus mujeres a hablar con nosotros; y viendo que no
tenían confianza, acordamos mandarles a uno de nuestros hombres, que era un
joven muy esforzado, y nosotros para ampararlo entramos en los bateles y él se
fue hacia las mujeres. Cuando se llegó junto a ellas le hicieron un gran
círculo alrededor, y tocándolo y mirándolo, se maravillaban.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Y estando en esto vimos venir una mujer del monte que llevaba
un gran palo en la mano; y cuando llegó donde estaba nuestro cristiano, se le
acercó por detrás y, alzando el garrote, le dio tan gran golpe que lo tendió
muerto en tierra. En un instante las otras mujeres lo cogieron por los pies, y
lo arrastraron así hacia el monte; los hombres corrieron hacia la playa con sus
arcos y sus flechas a asaetarnos, e infundieron tanto miedo a la gente nuestra
que estaba en tierra, surta con los bateles sobre las anclas, que ninguno
acertaba a tomar las armas.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Sin embargo, les disparamos cuatro tiros de lombarda que no
acertaron, salvo que oído el estampido todos huyeron hacia el monte, donde ya
estaban las mujeres despedazando al cristiano, y en un gran fuego que habían
hecho, lo estaban asando a nuestra vista, mostrándonos muchos pedazos y
comiéndoselos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Los hombres nos hacían señas con sus gestos, de cómo habían
muerto a los otros dos cristianos y se los habían comido; lo que nos pesó
mucho, viendo con nuestros ojos la crueldad que tenían para con el muerto, cosa
que fue para todos una injuria intolerable; y teniendo el propósito, más de
cuarenta de nosotros de saltar a tierra y vengar muerte tan cruel y acto
bestial e inhumano, el capitán mayor no quiso consentirlo, y se quedaron ufanos
de tanta afrenta.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Nos alejamos de ellos de mala gana, y con mucha vergüenza a
causa de nuestro capitán. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;">Vespucio,
Américo: “La lettera” (“Carta de Américo Vespucio”), en </span><em>El Nuevo Mundo…,</em><span style="font-style: normal;"> Estudio preliminar de Roberto Levillier. Editorial Nova.
Buenos Aires, 1951. Pág. 251. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: windowtext; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">
</span><span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;">NOTA<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;">¿Esta historia fue vivida realmente por Vespucio? ¿Realizó
los cuatro viajes que reseñan sus cartas? Como en casi todo: se acepta o se
rechaza. La trascendencia de la respuesta radica en que la aceptación </span><em>casi</em><span style="font-style: normal;"> justifica que el Nuevo Mundo descubierto para Europa haya recibido su
nombre y no el apellido de Colón al bautizarse.<o:p></o:p></span></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoFooter" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;">Esta disyuntiva se viene planteando y discutiendo desde poco
después de la muerte de Colón (1506). La polémica se apoya en la amplia
difusión de dos cartas de Vespucio, publicadas en 1503 o 1504, y 1505 o 1506,
conocidas, como </span><em>Mundus Novus</em><span style="font-style: normal;"> y </span><em>Lettera,</em><span style="font-style: normal;"> respectivamente.
El respaldo y el bautizo del continente parte del Mapamundi de Waldseemüller,
dado a conocer en 1507, en el que por primera vez se daba el nombre de América
a las nuevas tierras descubiertas por Colón, y donde, también, se agregaba el
ya difundido texto de los cuatro viajes de Vespucio*.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">En los años de estas ediciones, Vespucio vivía en
España, y aunque se dice que la edición de las cartas y el mapamundi no circuló
por España, Portugal y Florencia, alguna noticia debe haber recibido, aunque no
se tenga noticia de algún comentario suyo al respecto. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">En 1508, con precipitación –dice Arciniegas–, recae
en Vespucio el cargo recién improvisado de Piloto Mayor de España, obligando a
todos los pilotos, presentes o futuros, a recibir instrucción sobre el manejo
del astrolabio y el cuadrante, y tener como comprobación de sus conocimientos,
una carta firmada por Vespucio después de enseñarles las técnicas y de
examinarlos y aprobarlos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El punto agrio de la discusión –pruebas van y pruebas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vienen– radica, en los oponentes, en recalcar
los numerosos errores contenidos en las cartas de Vespucio y, también, la
imposibilidad de hallar documentos definitivos que respalden la veracidad de
sus viajes; y en los partidarios, de llamar América al Nuevo Mundo, en señalar
que el florentino fue el primero en darse cuenta de que lo encontrado por Colón
no era parte de Asia, sino un nuevo continente ignorado por los europeos hasta
1493; además, agregan, mientras Colón en sus dos primeros viajes sólo dio vueltas
en torno a las islas del Caribe, Vespucio llegó al continente americano varios
meses antes del tercer viaje colombino cuando, por vez primera, llega el
almirante al borde continental de América del Sur, sin reconocer –nunca lo
haría– que esas tierras no pertenecían a Asia.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">La historia, los historiadores que han trabajado el
tema del descubrimiento de América y los viajes de Colón y de Vespucio, se
hayan irreconciliablemente divididos. Pero si elementos temporales y
geográficos han sido los argumentos fundamentales de la discusión, desde hace
poco está interviniendo un nuevo factor: el literario. La frase de Todorov muy
bien puede dar la esencia del nuevo aporte: “Colón escribe documentos; Américo,
literatura.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En uno hay la voluntad de
atraer al lector, de encantarlo con técnicas precisas, y de combinar los
elementos propios del Nuevo Mundo en la mezcla más atinada para captar su
atención; en el otro hay la prosa fría de un informe oficial. Uno ofrece resultados
prácticos (oro, especies, esclavos), el otro es incapaz de preocuparse por algo
tan material e intrascendente para la cultura europea: él mira las estrellas,
las corrientes marítimas, las coordenadas geográficas. Colón es el Medioevo,
Vespucio ya es un hombre renacentista. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;">Recuérdese cualquier descripción de indígenas en la síntesis
del </span><em>Diario del primer viaje de Colón</em><span style="font-style: normal;">,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>y compárese la pintoresca, exótica, asombrosa, sorprendente de Vespucio
sobre el mismo tema: <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><o:p><span style="font-family: Goudy Old Style; font-size: large;"> </span></o:p></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">"En aquellos países hemos encontrado tal multitud de
gentes, que nadie podría enumerar, como se lee en el Apocalipsis. Todos de uno
y otro sexo van desnudos, no se cubren ninguna parte del cuerpo y así como han
salido del vientre de la madre, así hasta la muerte van. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Tienen cuerpos grandes, bien plantados y proporcionados, tirando
al rojo, lo cual pienso les acontece porque andando desnudos son teñidos por el
sol. Tienen los cabellos abundantes y negros, son ágiles en el andar y en los
juegos, de una franca y hermosa cara que ellos mismos destruyen. Pues se
perforan las narices, los labios y las orejas. He visto muchos que tienen en la
cara siete perforaciones, cada una de las cuales tenia el tamaño de una
ciruela. Y cierran ellos estas perforaciones con piedras cerúleas, marmóreas y
de alabastro. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Otra costumbre hay entre ellos muy atroz y fuera de toda credulidad
humana, pues siendo sus mujeres lujuriosas hacen hinchar los miembros de sus
maridos de tal manera que parecen deformes y brutales. Y eso con un cierto
artificio suyo y la mordedura de ciertos animales venenosos, y por causa de
ellos muchos lo pierden y quedan eunucos. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Aun estuve veintisiete días en una cierta ciudad donde ví en
las casas la carne humana salada y colgada de las vigas, como entre nosotros se
usa ensartar el tocino y la carne de cerdo. Digo mucho más, que ellos se
maravillan porque nosotros no matamos a nuestros enemigos y no usamos su carne
en las comidas, la cual dicen que es sabrosísima. Sus armas son el arco y la
flecha. Cuando se enfrentan en batalla no se cubren ninguna parte del cuerpo,
de modo que aun en esto son semejantes a las bestias."<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Es probable que fragmento más difundido en antologías sea el
referido al encuentro de Vespucio con los gigantes. Es un cuento jalado de los
pelos y muchos historiadores opinan que ese ficticio encuentro desvaloriza la
validez de sus viajes. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El cuento que aquí se ha incluido es muy probable que también
nazca de alguna deformación o una voluntad de volver mas terrible un hecho de
menos contundencia. Sin embargo, la historia es, en este tema, la más próxima
al espíritu de las cartas conocidas de Vespucio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;">Vespucio,
Américo: </span><em>El Nuevo Mundo…,</em><span style="font-style: normal;"> Estudio preliminar de Roberto
Levillier. Editorial Nova. Buenos Aires, 1951.. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">*Además de las dos
cartas publicadas en vida de Vespucio, se han encontrado cuatro más tratando el
mismo tema, pero sin alcanzar el significado de las dos publicadas a principios
del siglo XVI.<o:p></o:p></span></span></em></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-size: 11pt; font-style: normal; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large; mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-style: normal;"><o:p><span style="font-family: Goudy Old Style; font-size: large;"> </span></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<o:p><em><span style="font-family: Goudy Old Style; font-size: large;"> </span></em></o:p></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-72429907160024339832013-05-11T04:13:00.002-07:002013-05-11T10:17:27.536-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<span style="mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;">
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</o:lock><v:shape alt="Descripción: C:\Documents and Settings\HISTORIA.FERNANDO.000\Configuración local\Archivos temporales de Internet\Content.Word\Raya-Manta.jpg" id="Imagen_x0020_5" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 201pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 200.25pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Raya-Manta" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\14\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></span></span></v:shapetype></span><br />
<span style="mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-family: Calibri; font-size: large;"><v:stroke joinstyle="miter"><v:formulas><v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"><v:f eqn="sum @0 1 0"><v:f eqn="sum 0 0 @1"><v:f eqn="prod @2 1 2"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"><v:f eqn="sum @0 0 1"><v:f eqn="prod @6 1 2"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"><v:f eqn="sum @8 21600 0"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"><v:path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"><v:shape alt="Descripción: C:\Documents and Settings\HISTORIA.FERNANDO.000\Configuración local\Archivos temporales de Internet\Content.Word\Raya-Manta.jpg" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 201pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 200.25pt;" type="#_x0000_t75"><v:imagedata o:title="Raya-Manta" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\14\clip_image001.jpg"></v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></span></v:shapetype></span><br />
<span style="mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-family: Calibri;"><v:stroke joinstyle="miter"><v:formulas><v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"><v:f eqn="sum @0 1 0"><v:f eqn="sum 0 0 @1"><v:f eqn="prod @2 1 2"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"><v:f eqn="sum @0 0 1"><v:f eqn="prod @6 1 2"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"><v:f eqn="sum @8 21600 0"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"><v:path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"><v:shape alt="Descripción: C:\Documents and Settings\HISTORIA.FERNANDO.000\Configuración local\Archivos temporales de Internet\Content.Word\Raya-Manta.jpg" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 201pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 200.25pt;" type="#_x0000_t75"><v:imagedata o:title="Raya-Manta" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\14\clip_image001.jpg"></v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></span></v:shapetype></span><span style="font-size: large;"> </span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<strong><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">EL NADADOR Y LA RAYA GIGANTE</span></strong><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"> <span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Gonzalo Fernández de Oviedo<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">En el capítulo XXXII hice memoria de aquel nuevo tratado que
un caballero docto ha escrito, llamado <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;">Silva de varia lección</span></em>, y en la verdad,
a mi gusto, es una de los que más contentamiento me han dado de las que he
visto en nuestra lengua castellana. Y entre las otras gentilezas y admirables
casos que han pasado, hace memoria del nadar de un hombre, de donde le parece
que tuvo origen la fábula de peje Nicolao; y trae a consecuencia algunas
historias de grandes nadadores, y en especial de un hombre llamado el pece
Colan, natural de la ciudad de Cathania en Sicilia, y de otros, como lo podréis
ver lector en el tratado que he dicho.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Y esto ha sido causa para acordarme de poner aquí un
depósito, en tanto que llegáremos al libro XIII de esta parte primera de la <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;">General
Historia de las Indias</span></em>, porque allí en el capítulo XII lo entiendo
escribir más largo </span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Times; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;"><o:p> </o:p></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Supe, y fue así verdad, que a un hombre
de bien llamado Andrea de la Roca, vecino de la ciudad de Panamá, le acaeció un
caso que me hace pensar que en el ejercicio del nadar dejó á este hombre
experimentado y aprobado por el mayor nadador que hoy vive, ni ha habido
grandes tiempos ha. A mi parecer todo lo que aquel caballero Pedro Mexía
escribe en su Silva de varia lección de aquellos grandes nadadores que allí
pone, todo es poco en comparación de lo que ahora diré; porque de nadar un
hombre por su placer ó por necesidad, hay mucha diferencia a llevarlo atado y
arrastrando debajo del agua por la fuerza de un grandísimo animal marítimo, que
los tales son de tanta velocidad, que ningún ligero caballo o ciervo en la
tierra no es tan suelto ni ligero.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">He visto yo muchas veces en ese grande
mar Océano ir una nao cargada de todas velas y con mar bonanza, y largo y recio
viento, y tal que en un día puede andar cien leguas y más, y andan los
tiburones, y los marraxos, y toñinas y los dorados y otros pescados a par de la
nao, y le dan muchas vueltas en torno, y andan tanto y mucho más que la nao,
cuanto un hombre muy ligero correrá más que un niño de tres años; y me parece
que es mucho más, sin comparación, lo que tales pescados corren más que las
naos, por muy veleras que sean.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Pues habido esto por máxima, oíd,
lector, un caso que en esta materia del nadar es muy extremado y para espantar;
y muchos son al presente que saben lo que ahora diré, y que ellos y yo
conocemos á este Andrea de la Roca: el cual, como hombre de la mar, tenía
cargo, como mayordomo, de andar mirando los indios de la pesquería de las
perlas en la isla de Terarequi, que es en la costa de la mar del Sur, a quince
leguas de Panamá.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Un día, por su placer, quiso ir á
pescar, como otras veces, por arponear algún buen pescado desde su canoa, y vio
una raya ó manta y le tiró el arpón con una buena asta, e hirió la manta: la
cual, incontinenti, con la mayor presteza que decirse puede, viéndose herida se
metió para el profundo del agua, y el cordel del arpón, saliendo tras el
pescado con el mismo ímpetu, desastradamente, se asió de tal forma a un pie del
Andrea, que le arrebató y llevó tras sí fuera de la canoa; y arrastrando le
llevó la raya más de una legua.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Y en aquella legua se puede decir que
nadó más de quince, porque muchas veces le metió la raya cincuenta y cien brazas
debajo del agua; é tuvo tanto esfuerzo y aliento y sentido, que, como era
mancebo recio é grandísimo nadador, se supo asir del cordel, para que el pié
pudiese, aflojando algo la cuerda, sacarle del lazo en que iba asido. Pero a lo
que en esto se pudo alcanzar, según el juicio de los más, fue que como el arpón
se trabó bien con los huesos de la raya, y la herida bastó para matarla, en
aquel espacio que corrió arrastrando al pescador, ella, desangrada, se debilitó
y aflojó después su curso, y él tuvo lugar de desasirse y dejar la cuerda.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Yo tengo por más cierto que su maña ni
su habilidad de él ni de otro no bastará para dejar de ahogarse, si no fuera
socorrido de la Madre de Dios, a la cual, según él mismo me dijo después, se </span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Times; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">encomendó
tan devotamente como su necesidad lo requería. Y de donde sacó el pie del
cordel a la superficie del agua, subió más de treinta brazas, y se fue nadando
hacia donde vio su canoa más de una legua apartada de él con sus indios, los
cuales le recogieron desde a más de dos horas después que la raya le sacó de
ella. Esto pasó el año de mil e quinientos e diez y nueve donde es dicho.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Y porque podrá parecer dudoso a muchos
poder estar un hombre debajo del agua tanto tiempo y en especial con tanta
necesidad y trabajo, platicando yo con él en esto, me dijo que más de veinte
veces entró debajo del agua e salió encima. Pero a muchos es público en aquella
tierra, que todas las veces que este hombre quería estar una hora debajo del
agua, lo hacía; mas, cómo yo no he visto, aunque le he tratado y le conozco, no
quiero, en esto del tiempo de estar debajo del agua, persuadir al lector que lo
crea ni que lo dude. Mas creyendo, como es verdad, lo que está dicho, por ahí
se debe entender la habilidad que este hombre tenía en tal ejercicio.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">La manta o raya me dijo que era tan
grande, como un repostero que estaba colgado en casa del gobernador Pedrarias
Dávila, donde estábamos cuando él me informó de lo que es dicho, el año de mil
y quinientos y veinte y uno, en la dicha ciudad de Panamá: que por lo menos
podría tener dos varas y media de ancho y tres de caída, que son cuarenta y
cuatro palmos en circuito; y así por esta grandor grande de estas rayas, les
quitan los marineros su nombre y las llaman mantas.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Fernández de Oviedo, Gonzalo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia general y natural de las Indias. </i>Edición
y estudio preliminar de Juan Pérez de Tuleda Bueso. Biblioteca de Autores españoles.
Ediciones Atlas. Madrid, 1992. Pág. 196-197.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">NOTA</span></em><em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-style: normal; mso-bidi-font-family: Times; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></em></div>
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">En su Antología del cuento panameño,
Rodrigo Miró, el gran crítico panameño y poeta señero de su país, arriesga un
concepto y una clasificación bastante desacertada a fin de situar el inicio de
la historia literaria de Panamá en los lejanos tiempos de la conquista. <o:p></o:p></span></span></em><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Otro crítico literario de su país,
Franz García de Córdoba, se ocupa de discrepar y exponer las razones
justificativas que podrían haber llevado a Miró a exponer esas ideas. <o:p></o:p></span></span></em></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Dado que la exposición y la réplica de
ambos críticos tratan al cuento y al autor de manera certera, citarlos con
amplitud ya es suficiente para cumplir con la estructura de esta antología del
cuento hispanoamericano en las Indias. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></em></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">“En la obra de los primitivos cronistas
de Indias está la proto-novela de América, se ha dicho. La opinión gana cada día
terreno entre los estudiosos de nuestra historia literaria, y merece meditarse.
Porque la versión que nos da el español de entonces de su experiencia en este
de verdad nuevo mundo es de tal manera fabulosa, que difícil resulta establecer
la línea divisoria entre la hazaña imaginada y 1o que fue heroica y trabajosa
empresa humana. A esa zona ambigua donde se mezclan realidad y fantasía
pertenece el encantador relato —nuestro primer cuento— de don Gonzalo Fernández
de Oviedo y Valdés, maestro de cronistas, clásico historiador de Indias. </span></em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">En verdad, se trata de un relato
magistral, que la vocación narradora de don Gonzalo adorna con las galas de una
feliz fantasía, pero en cuyo fondo de suceso real está el tema inigualable para
el cuentista. Y aún motivo para la curiosidad del hombre interesado en las
letras panameñas de hoy, que alguna vez ensayó explicarse la ausencia del mar
en nuestra literatura…</span></em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><br /><span style="font-size: large;">
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés nació en Madrid, en Agosto de 1478.
Cortesano en su juventud, fue luego soldado en Italia, donde conoció a
Leonardo, a Ticiano, a Miguel Ángel. Su carrera en tierras de América se inició
cuando, en 1514, formó parte de la expedición de Pedrarias, con el cargo de
Veedor de las Fundiciones de Oro de Tierra Firme. <o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">En 1515 viajó a España, para retornar
al Istmo en 1520, acompañado ahora de mujer (su segunda esposa) e hijos, y
nombrado Regidor Perpetuo de Santa María la Antigua y Escribano General. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Trasladado el gobierno a la recién
fundada ciudad de Panamá, Oviedo quedó en Darién. Allí construyó su casa, “en
la cual se pudiera aposentar un príncipe, con buenos aposentos altos y bajos y
con un hermoso huerto de muchos naranjos y otros árboles, sobre la ribera de un
gentil río que pasa por aquella ciudad”. En Santa María perdió a uno de sus
hijos y a su esposa.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">En 1523 tornó por segunda vez a España,
llevando el manuscrito de la primera parte de su <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;">Historia.</span></em>
Volvió a Panamá con Pedro de los Ríos en 1526 y aquí permaneció, con ligeras
ausencias, hasta 1529. A partir de entonces ya no regresó al Istmo, aunque
vivió muchos años más en el Nuevo Mundo. Muy viejo, murió en Valladolid, en
1557, dejando una obra escrita que ha dado inmortalidad a su nombre.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">La figura de Oviedo, típico español
renacentista, tiene especial significación para los panameños. Sus años de
residencia entre nosotros le vincularon a la tierra, a la que profesó verdadero
cariño. Por otra parte, por su significación cultural es el lógico patrón de
nuestros historiadores y hombres de letras”. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Hasta aquí Rodrigo Miró.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large;">Por su parte, un distinguido crítico e historiador de la
literatura panameña, Franz García de Paredes, en su Antología del cuento
panameño, discrepa de la opinión de Miró con argumentos que parecen correctos y
definitorios:<o:p></o:p></span></span></i></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;">“Al empezar el panorama del cuento
panameño propiamente dicho, Rodrigo Miró advierte que como homenaje a Gonzalo
Fernández de Oviedo y Valdés incluye el capítulo XXXVIII del libro Sexto de la</span></em><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"> Historia General y Natural de las
Indias<em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;">, que contiene un relato del gran humanista, y, según Miró, el primer
cuento panameño. </span></em></span></i><em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-style: normal; mso-bidi-font-family: Times; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></em></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">Es importante recalcar aquí que Miró,
además de rendir homenaje a Fernández de Oviedo, califica su relato como el
primer cuento panameño. Es extraño que Miró utilice un texto que no corresponde
genéricamente a lo que entendemos por cuento, convirtiéndolo en lo que ahora,
parodiando a Luis Alberto Sánchez, llamaríamos un “protocuento”. </span></em><em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-style: normal; mso-bidi-font-family: Times; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></em></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<em><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-bidi-font-family: Times;">Esta indeterminación genérica se
produce, creo yo, no por inconsistencia teórica de Miró sino por un loable
intento de sustituir la pobreza y escasez del género cuentístico en el devenir
histórico de Panamá, privilegiando un texto que, pese a exhibir ciertas
semejanzas que lo podrían acercar al cuento, está inserto en un discurso
narrativo que posee características genéricas propias. En realidad el cuento
panameño propiamente tal aparece en 1890, como lo señala el propio Miró, con la
generación modernista compuesta por Salomón Ponce Aguilera, Simón Rivas, Darío
Herrera, etc.”</span></em><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><o:p></o:p></span></i></div>
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Times;"><span style="font-size: large; mso-spacerun: yes;"> </span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Miró
Grimaldo, Rodrigo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cuento en Panamá</i>//García
de Paredes, Franz: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Panamá: cuentos
escogidos</i>. Autoridad del Canal de Panamá. Biblioteca de la Nacionalidad.
Edición conmemorativa de la transferencia del Canal a Panamá. Panamá,
1999.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><hr align="left" size="1" width="33%" />
</span><!--[endif]--><br />
<div style="mso-element: endnote-list;">
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""></a><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;"><o:p> </o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;"> Oviedo no vuelve a ocuparse de este nadador
panameño. Y en la primera parte de su historia, no existe en el libro XIII de
la Parte primera el capítulo XII.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<o:p><span style="font-family: Calibri; font-size: large;"> </span></o:p></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<o:p><span style="font-family: Calibri; font-size: large;"> </span></o:p></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""></a><o:p><span style="font-family: Calibri; font-size: large;"> </span></o:p></div>
</div>
</div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-9310785395566574852013-05-11T04:11:00.000-07:002013-05-11T10:18:47.127-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-indent: 17pt;">
<a href="http://www.google.es/imgres?imgurl=http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/04/Destruccion_del_fuerte_Sancti_Spiritu.png&imgrefurl=http://cristinadaniele.escritoresdepinamar.com/%E2%80%9Clucia-miranda%E2%80%9D-la-version-didactica-de-rosa-guerra/&usg=__J3HO20beXHL7XvZrnZXAAZfzqAw=&h=528&w=800&sz=844&hl=es&start=126&sig2=WyzzRKGKR-woWlegFgHSXA&zoom=1&tbnid=s70mt26XJ3Pd7M:&tbnh=135&tbnw=180&ei=I4HBTcPINtCe4Qa9rdnEBA&prev=/search?q=lucia+miranda&um=1&hl=es&sa=N&rlz=1T4GGHP_esES423ES423&biw=1131&bih=631&tbm=isch&prmd=ivns&um=1&itbs=1&iact=rc&dur=515&page=8&ndsp=19&ved=1t:429,r:11,s:126&tx=67&ty=29"><span style="background: rgb(204, 204, 204); color: #2200c1; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes; text-decoration: none; text-underline: none;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><span style="font-size: large;">
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</o:lock><v:shape alt="Descripción: http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQ4OSHjNhm57rVRzNIb6zz6XCYdFXhlZX_CffnNXGmQFQD3BU6k" href="http://www.google.es/imgres?imgurl=http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/04/Destruccion_del_fuerte_Sancti_Spiritu.png&imgrefurl=http://cristinadaniele.escritoresdepinamar.com/%E2%80%9Clucia-miranda%E2%80%9D-la-version-didactica-de-rosa-guerra/&usg=__J3HO20beXHL7XvZrnZXAAZfzqAw=&h=528&w=800&sz=844&hl=es&start=126&sig2=WyzzRKGKR-woWlegFgHSXA&zoom=1&tbnid=s70mt26XJ3Pd7M:&tbnh=135&tbnw=180&ei=I4HBTcPINtCe4Qa9rdnEBA&prev=/search?q=lucia+miranda&um=1&hl=es&sa=N&rlz=1T4GGHP_esES423ES423&biw=1131&bih=631&tbm=isch&prmd=ivns&um=1&itbs=1&iact=rc&dur=515&page=8&ndsp=19&ved=1t:429,r:11,s:126&tx=67&ty=29" id="Imagen_x0020_1" o:button="t" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 154.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 234.75pt;" type="#_x0000_t75">
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<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: center; text-indent: 17pt;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-size: large;">LUCÍA DE MIRANDA<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-size: large; mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-size: large;"> <span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ruy
Díaz de Guzmán<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; tab-stops: 5.0cm 155.95pt 241.0pt 9.0cm 262.25pt 269.35pt; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Partido
Sebastián Gaboto para España con mucho sentimiento de los que quedaban, por ser
un hombre afable, de gran valor y prudencia, muy experto y práctico en la
cosmografía, como de él se cuenta; luego el capitán don Nuño procuró conservar
la paz que tenía con los naturales circunvecinos, en especial con los indios Timbús,
gente de buena masa y voluntad; con cuyos dos principales caciques siempre la
conservó, y ellos acudiendo a buena correspondencia de ordinario proveían a los
españoles de comida, que como gente labradora nunca les faltaba.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Estos
dos caciques eran hermanos, el uno llamado Mangoré, y el otro Siripo, mancebos
ambos como de treinta a cuarenta años, valientes y expertos en la guerra, y así
de todos muy temidos y respetados, y en particular el Mangoré el cual en esta
ocasión se aficionó de una mujer española que estaba en la fortaleza, llamada
Lucía de Miranda, casada con un Sebastián Hurtado, naturales de Écija. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">A esta
señora hacía este cacique muchos regalos, y socorría de comida, y ella de
agradecida le hacia amoroso tratamiento; con que vino el bárbaro a
aficionársele tanto, y con tan desordenado amor, que intentó de hurtarla por
los medios a él posibles: y convidando a su marido, a que se fuese a entretener
a su pueblo, y a recibir de él buen hospedaje y amistad, con buenas razones se
negó: y visto que por aquella vía no podía salir con su intento, y la
compostura, honestidad de la mujer, y recato del marido, vino a perder la
paciencia con grande indignación y mortal pasión, con la que ordenó con los
españoles, debajo de amistad, una alevosía y traición, pareciéndole que por
este medio sucedería el negocio de manera que la pobre señora viniese a su
poder: para cuyo efecto persuadió al otro cacique su hermano, que no les
convenía dar la obediencia al español tan de repente, porque con estar en sus
tierras, eran tan señores y resolutos en sus cosas que en pocos días le
supeditarían todo, como las muestras lo decían, y si con tiempo no se prevenía
este inconveniente, después cuando quisiesen no lo podrían hacer, conque
quedarían sujetos a perpetua servidumbre; para cuyo efecto su parecer era, que
el español fuese destruido y muerto, y asolado el fuerte, no perdonando la
ocasión cuando el tiempo la ofreciese: a lo cual el hermano respondió, que cómo
era posible tratar él cosa semejante contra los españoles, habiendo profesado
siempre su amistad, y siendo tan aficionado a Lucía; que el de su parte no
tenía intento ninguno de hacerlo, porque a más de no haber recibido del español
ningún agravio, antes todo buen tratamiento y amistad, no hallaba causa para
tomar las armas contra él: a lo cual el Mangoré replicó con indignación que así
convenía se hiciese por el bien común, y porque era gusto suyo, a que como buen
hermano debía condescender. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">De tal
suerte supo persuadir al hermano, que vino a, condescender con él, dejando el
negocio tratado entre sí para tiempo más oportuno: el cual no mucho después se
lo ofreció la fortuna conforme a su deseo, y fue: que habiendo necesidad de
comida en el fuerte despachó el capitán don Nuño 40 soldados en un bergantín en
compañía del capitán Ruiz García, para que fuesen por aquellas islas a buscar
comida, llevando por orden, se volviesen con toda brevedad con todo lo que
pudiesen recoger. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Salido
pues el bergantín, tuvo el Mangoré por buena esta ocasión, y también por haber
salido con los demás Sebastián Hurtado, marido de Lucía; y así luego se juntaron
por orden de sus caciques más de cuatro mil indios, los cuales se pusieron de
emboscada en un sauzal, que estaba media legua del fuerte a la orilla del río,
para con más facilidad conseguir su intento, y fuese más fácil la entrada en la
fortaleza: salió el Mangoré con 30 mancebos muy robustos cargados de comida,
pescado, carne, miel, manteca y maíz, con lo cual se fue al fuerte, donde con
muestras de amistad lo repartió, dando la mayor parte al capitán y oficiales, y
lo restante a los soldados, de que fue muy bien recibido y agasajado de todos,
aposentándole dentro del fuerte, aquella noche: en la cual, reconociendo el
traidor que todos dormían excepto los que estaban de posta en las puertas,
aprovechándose de la ocasión, hicieron seña a los de la emboscada, los que con
todo silencio llegaron al muro de la fortaleza, y a un tiempo los de dentro y
los de fuera cerraron con los guardas, y pegaron fuego a la casa de munición,
con que en un momento se ganaron las puertas, y a su salvo, matando los
guardas, y a los que encontraban de los españoles, que despavoridos salían de
sus aposentos a la plaza de armas, sin poderse de ninguna manera incorporar
unos con otros; porque como era grande la fuerza del enemigo cuando
despertaron, a unos por una parte, a otros por otra, y a otros en las camas los
mataban y degollaban sin ninguna resistencia, excepto de algunos pocos, que
valerosamente pelearon: en especial don Nuño de Lara, que salió a la plaza
haciéndola con su rodela y espada por entre aquella gran turba de enemigos,
hiriendo y matando muchos de ellos, acobardándolos de tal manera que no había
ninguno que osase llegar a él viendo que por sus manos eran muertos; y visto
por los caciques o indios valientes, haciéndose a fuera comenzaron a tirarle
con dardos y lanzas, con que le maltrataron, de manera que todo su cuerpo
estaba harpado y bañado en sangre; y en esta ocasión el sargento mayor con una
alabarda, cota, y celada se fue a la puerta de la fortaleza, rompiendo por los
escuadrones, entendiendo poderse señorear de ella, ganó hasta el umbral, donde
hiriendo a muchos de los que la tenían ocupada, y él asimismo recibiendo muchos
golpes de ellos, aunque hizo gran destrozo matando muchos de los que le
cercaban, de tal manera fue apretado de ellos, tirándole gran número de flechería,
que fue atravesado su cuerpo y así cayó muerto, y en esta misma ocasión, el
alférez Oviedo con algunos soldados de su compañía, salieron bien armados, y
cerraron con gran fuerza de enemigos que estaban en la casa de munición, por
ver si la podían socorrer, y apretándoles con mucho valor, fueron mortalmente
heridos y despedazados, sin mostrar flaqueza hasta ser muertos, vendiendo sus
vidas a costa de infinita gente bárbara, que se las quitaron. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">En
este mismo tiempo el capitán don Nuño procuraba acudir a todas partes herido
por muchas y desangrado, sin poder remediar nada, con valeroso ánimo se metió
en la mayor fuerza de enemigos, donde encontrando con el Mangoré le dio una
gran cuchillada, y asegurándole con otros dos golpes le derribó muerto en tierra;
y continuando con grande esfuerzo y valor, fue matando otros muchos caciques e
indios, con que ya muy desangrado y cansado con las mismas heridas, cayó en el
suelo donde los indios le acabaron de matar, con gran contento de gozar de la
buena suerte en que consistía el buen efecto de su intento; y así con la muerte
de este capitán fue luego ganada la fuerza, y toda ella destruida sin dejar
hombre a vida, excepto cinco mujeres que allí había, con la muy cara Lucía de
Miranda y algunos tres o cuatro muchachos, que por serlo no los mataron, y
fueron presos y cautivos: y haciendo montón de todo el despojo, para repartirlo
entre toda la gente de guerra, aunque esto más se hace para aventajar a los
valientes y para que los caciques y principales escojan y tomen para sí lo que
mejor les parece; lo que hecho, visto por Siripo la muerte de su hermano, y la
dama que tan cara le costaba, no dejó de derramar muchas lágrimas, considerando
el ardiente amor que le había tenido, y el que en su pecho iba sintiendo tener
a esta española; y así de todos los despojos que aquí se ganaron, no quiso por
su parte tomar otra cosa, que por su esclava a la que por otra parte era señora
de los otros; la cual puesta en su poder, no podía disimular el sentimiento de
su gran miseria con lágrimas de sus ojos; y aunque era bien tratada y servida
de los criados de Siripo, no era eso parte para dejar de vivir con mucho
desconsuelo, por verse poseída de un bárbaro: el cual viéndola tan afligida, un
día por consolarla la habló con muestra de grande amor, y le dijo: de hoy en
adelante, Lucía, no te tengas por mi esclava sino por mi querida mujer, y como
tal, puedes ser señora de todo cuanto tengo, y hacer a tu voluntad de hoy para
siempre; y junto con esto te doy lo más principal, que es el corazón: las
cuales razones afligieron sumamente a la triste cautiva, y pocos días después
se le acrecentó más el sentimiento con la ocasión que de nuevo se le ofreció, y
fue, que en este tiempo trajeron los indios corredores preso ante Siripo a
Sebastián Hurtado, el cual habiendo vuelto con los demás del bergantín al
puesto de la fortaleza, saltando en tierra la vio asolada y destruida, con
todos los cuerpos de los que allí se mataron, y no hallando entre ellos el de
su querida mujer, y considerando el caso se resolvió a entrarse entre aquellos
bárbaros, y quedarse cautivo con su mujer, estimando eso en más, y aun dar la
vida, que vivir ausente de ella; y sin dar a nadie parte de su determinación se
metió por aquella vega adentro, donde al otro día fue preso por los indios los
cuales atadas las manos, lo presentaron a su cacique y principal de todos, el
cual como le conoció, le mandó quitar de su presencia y ejecutarlo de muerte;
la cual sentencia oída por su triste mujer, con innumerables lágrimas, rogó a su
nuevo marido no se ejecutase, antes le suplicaba le otorgase la vida para que
ambos se empleasen en su servicio, y como verdaderos esclavos, de que siempre
estarían muy agradecidos; a lo que el Siripo condescendió por la grande instancia
con que se lo pedía aquella, a quien él tanto deseaba agradar: pero con un
precepto muy rigoroso, que fue, que so pena de su indignación y de costarles la
vida, si por algún camino alcanzaba que se comunicaban, y que él daría a
Hurtado otra mujer con quien viviese con mucho gusto y le sirviese; y junto con
eso le haría él tan buen tratamiento como si fuera, no esclavo, sino verdadero
vasallo y amigo; y los dos prometieron de cumplir lo que se les mandaba: y así
se abstuvieron por algún tiempo sin dar ninguna nota. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Mas
como quiera que el amor no se puede ocultar, ni guardar ley, olvidados de la
que el bárbaro les puso, y perdido el temor, siempre que se les ofrecía ocasión
no la perdían, teniendo siempre los ojos clavados el uno en el otro, como
quienes tanto se amaban; y fue de manera que fueron notados de algunos de la
casa, y en especial de un india, mujer que había sido muy estimada de Siripo, y
repudiada por la española: la cual india movida de rabiosos celos, le dijo al
Siripo con gran denuedo: «muy contento estás con tu nueva mujer, mas ella no lo
está de ti, porque estima más al de su nación y antiguo marido, que a cuanto
tienes y posees: por cierto, pago muy bien merecido, pues dejaste a la que por
naturaleza y amor estabas obligado, y tomaste la extranjera y adúltera por
mujer». <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">El
Siripo se alteró oyendo estas razones, y sin duda ninguna ejecutara su saña, en
los dos amantes, más lo dejó de hacer hasta certificarse de la verdad de lo que
se le decía; y disimulando andaba de allí adelante con cuidado por ver si podía
cogerlos juntos, o como dicen, con el hurto en las manos: al fin se le cumplió
su deseo, y cogidos con infernal rabia, mandó hacer un gran fuego y quemar en
él a la buena Lucía; y puesta en ejecución la sentencia, ella la aceptó con
gran valor, sufriendo el incendio, donde acabó su vida como verdadera
cristiana, pidiendo a Nuestro Señor hubiese misericordia y perdonase sus
grandes pecados; y al instante el bárbaro cruel mandó asaetear a Sebastián
Hurtado, y así lo entregó a muchos mancebos, los cuales, atado de pies y manos,
lo amarraron a un algarrobo y fue flechado de aquella bárbara gente, hasta que
acabó su vida arpado todo el cuerpo y puestos los ojos en el cielo, suplicaba a
Nuestro Señor le perdonase sus pecados, de cuya misericordia, es de creer, están
gozando de su santa gloria marido y mujer: todo lo cual sucedió en el año de
1532. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p><span style="font-family: Times New Roman; font-size: large;"> </span></o:p></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-indent: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Argentina</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">, por Ruy Díaz de Guzmán, Edición de
Enrique de Gandía. Historia 16. Madrid, 1986. p. 122.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">NOTA<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-size: large;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Ruy Díaz de
Guzmán</span></b><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">,
nació en Asunción, Paraguay, en 1558, y falleció en la misma ciudad en 1629.
Fue hijo de un capitán español y de una de varias las hijas mestizas de Domingo
Martínez de Irala. Tuvo una vida andariega y agitada. Desde muy joven participó
en expediciones de exploración, conquista, y pacificación o derrota de
sublevaciones indígenas. Ocupó altos cargos políticos y militares. Tuvo gran
interés en colonizar y hacer más permanentes los pueblos ya creados, en los que
vivían pequeños grupos de viejos conquistadores del trabajo de los indios en
sus encomiendas. <o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Un
enemigo político lo acusó de ser arrogante, obstinado, ambicioso, que trataba
mal a los vecinos y soldados, y no admitía parecer ni consejo de nadie por
creerse superior a todos. Como indica Gandía, “nadie lo acusó de falta de
honradez ni de ningún delito. Era, sin duda, un hombre de mal carácter que no
toleraba la ignorancia ni las vanidades de tantos incapaces”.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Se
supone que desde su traslado de Asunción a Buenos Aires en 1599 por orden del
gobernador, y después a Tucumán y a La Plata desempeñando también cargos
públicos, Díaz de Guzmán debió recordar todo el mundo de su infancia, en el que
escuchaba las hazañas de sus abuelos y de sus tíos, y así tuvo la idea, o el
sentimiento, de recuperar la memoria de lo sucedido durante los ochenta y dos
años transcurridos desde el inicio del descubrimiento, población y conquista de
las provincias del Río de la Plata, del que nadie hasta ese momento había
escrito. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">En
el prólogo del libro, Díaz de Guzmán cuenta que desde su decisión de asumir ese
tarea, se puso a “inquirir los sucesos de más momentos que me fuera posible,
tomando relación de algunos antiguos conquistadores y personas de crédito, con
otras que yo fui testigo” (Gandía opina que también debió consultar documentos
en Buenos Aires y Asunción, leer a los cronistas con obra publicada en su
tiempo, pero no el aún desconocido libro de Schmidl en alemán. No especifica si
llegó a sus manos, la historia en verso, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Argentina</i>, de su amigo, el sacerdote Barco de Centenera, publicada en
Lisboa en 1602).<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Anales del
descubrimiento, población y conquista de las Provincias del Río de la Plata</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">, fue el titulo
original del manuscrito del libro de Díaz de Guzmán. Después se lo conoció como
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Argentina manuscrita</i>, y recién en
1835 fue publicado por Pedro de Angelis utilizando una de las seis copias que
pudo encontrar (a todas les faltan las mismas páginas, lo que demuestra que
todas ellas provienen de un manuscrito original hoy perdido, siendo la copia de
Asunción la mejor de ellas). Al final de los textos manuscritos, se hace
referencia a un “libro siguiente”, que se ignora si se perdió o nunca llegó a
escribirse. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">A
pesar de que el libro de Díaz de Guzmán reúne en sí una serie de cualidades, en
su erudita edición de 1914, Paul Groussac calificó al autor como un historiador
poco digno de ser tomado en cuenta, y consideró al libro plagado de errores;
también supuso que el original debió ser corregido y enmendado por algún cura,
y acusó al autor de alterar los hechos que dejaban en mala posición a sus
parientes, a Cabeza de Vaca y Martínez de Irala en especial. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Las
investigaciones históricas modificaron el duro juicio de Groussac y se consideró
a Díaz de Guzmán como el fundador de la historiografía de Argentina, Paraguay y
Uruguay, y, dejando de lado algunos errores de fechas, es una fuente histórica
de primer orden para esos territorios, que es imposible dejar de consultar.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">“Lucía
Miranda” es una famosa historia que incluye Díaz de Guzmán en su libro. La
crítica, en general, acepta la idea de que el drama fue una invención del
historiador. No viajaron mujeres en la expedición de Caboto de 1526 y por lo
tanto resultaba imposible que existiera Lucia Miranda. Para la literatura,
opinan algunos comentaristas, no tiene la más mínima importancia la verdad o la
ficción de la mujer de la que se enamoraron dos poderosos caciques. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Es
un buen cuento y ha servido de punto de partida para la recreación de lo
sucedido, incluso en el siglo XX. Gandía, como historiador, trata de salvar la
“historia” y aumenta diez años a la fecha dada por Díaz de Guzmán, y recurre al
viaje de Pedro de Mendoza en 1536, en el que sí viajaron mujeres. Su opinión se
apoya en la idea de que “Díaz de Guzmán no era novelista ni cuentista. No tenía
imaginación ni necesidad de crear semejante episodio. De algún lado debió salir
ese argumento”. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;">En resumen, si se acepta que Díaz
de Guzmán inventó el cuento, resulta, de hecho, el primer novelista o cuentista
de Paraguay y Río de la Plata; si Gandía tiene razón, habrá que esperar el
hallazgo de nuevos documentos sobre el viaje de Mendoza en 1536 y revisar si
entre los viajeros se menciona a Lucia Miranda.</span><o:p></o:p></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-indent: 17pt;">
<o:p><span style="font-size: large;"> </span></o:p></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.5pt; mso-pagination: none; tab-stops: 21.3pt; text-indent: 0cm;">
<span style="color: red; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span><span style="font-size: large;"> </span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 17pt;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p><span style="font-family: Times New Roman; font-size: large;"> </span></o:p></span></b></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-indent: 17pt;">
<o:p><span style="font-size: large;"> </span></o:p></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-64802205342702459192013-05-11T04:09:00.001-07:002013-05-11T10:19:52.293-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock><v:shape alt="Descripción: Hambre - Sch 2" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 166.5pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 226.5pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="Hambre - Sch 2" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\12\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></v:shapetype></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p></o:p></span></b></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">¡¡HAMBRE!!<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Ulrico Schmidl<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Después que volvimos nuevamente a
nuestro campamento (Buenos Aires), se repartió toda la gente; la que era para
la guerra se empleó en la guerra y la que era para el trabajo se empleó en el
trabajo. Allí se levantó una ciudad con una casa fuerte para nuestro capitán
don Pedro de Mendoza, y un muro de tierra en torno a la ciudad, de una altura
como la que puede alcanzar un hombre con una espada en la mano. Este muro era
de tres pies de de ancho, y lo que hoy se levantaba, mañana se venía al suelo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Además, la gente
no tenía qué comer y se moría de hambre y padecía gran escasez, al extremo que
los caballos no podían utilizarse. Fue tal la pena y el desastre del hambre,
que no bastaron ni ratas ni ratones, víboras y otras sabandijas; hasta los
zapatos y cueros, todo tuvo que ser comido.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Sucedió que tres
españoles robaron un caballo y se lo comieron a escondidas; y así que esto se
supo, se les prendió y se les dio tormento para que confesaran. Entonces se
pronunció la sentencia de que se ajusticiara a los tres españoles y se les
colgara en una horca. Así se cumplió y se les ahorcó. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Ni bien se los
había ajusticiado, y se hizo la noche y cada uno se fue a su casa, algunos
otros españoles cortaron los muslos y otros pedazos del cuerpo de los
ahorcados, se los llevaron a sus casas y allí los comieron. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">También ocurrió
entonces que un español comió a su propio hermano que había muerto. Esto ha
sucedido en el año de 1535, en el día de Corpus Christi, en la referida ciudad
de Buenos Aires. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Relación
del viaje a Río de la Plata</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">, por Ulrico Schmidl, Edición de Lorenzo E. López.
Historia 16. Madrid, 1985. p.141. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">De manera más escueta
esta historia la cuenta también Ruy Díaz de Guzmán</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">: <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">En este tiempo padecían en Buenos Aires
cruel hambre, porque faltándoles totalmente la ración, comían sapos, culebras y
las carnes podridas que hallaban en los campos, de tal manera, que los
excrementos de los unos comían los otros, viniendo a tanto extremo de hambre
como en tiempo que Tito y Vespasiano tuvieron cercada a Jerusalén: comieron
carne humana. <o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Así le sucedió a
esta mísera gente, porque los vivos se sustentaban de la carne de los que
morían, y aún de los ahorcados por justicia, sin dejarle más de los huesos, y
tal vez hubo hermano que sacó la asadura y entrañas a otro que estaba muerto
para sustentarse con ella. (A este último párrafo, Enrique de Gandía agrega una
escueta nota: “Es la historia real de Diego González Baytos, que hemos podido
confirmar.”) <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Argentina</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">, por Ruy Díaz de
Guzmán, Edición de Enrique de Gandía. Historia 16. Madrid, 1986. p. 122.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">NOTA<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Ulrico
Schmidl o Schmidel, alemán, se ignora la fecha de su nacimiento, pero debió
contar con algo más de 23 años cuando en 1534 se embarcó para las Indias. Hizo
el recorrido viajando en una armada de diez y seis naves, al mando del Capitán
General Pedro Mendoza. <o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Su principal campo de acción
fueron territorios que hoy pertenecen a la Argentina y a Paraguay (estuvo
presente en la fundación de ciudades, en especial de Buenos Aires y Asunción),
actuando sucesivamente bajo las órdenes de Pedro Mendoza, Juan Ayolas, Alvar
Núñez Cabeza de Vaca y Domingo Martínez de Irala. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">En julio de 1552 recibe una carta
de su hermano pidiéndole regresar al hogar; obtiene licencia de su capitán y
cinco meses después, el 26 de diciembre de 1552, inicia el viaje de retorno,
ilustrativa de los tiempos empleados en desplazamientos entre Europa y América.
<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Seis meses más tarde, luego de
recorrer a pie desde el campamento de Irala hasta un puerto portugués en el
Brasil, consigue lugar en un barco que navega con rumbo a Europa. Llega a
Lisboa el 30 de setiembre de 1553 y tres meses más tarde a Cádiz, donde se
salva de morir al no embarcarse en un navío que naufragó, pero en el que perdió
todas sus pertenencias, incluyendo a sus esclavos y “hasta mis papagayos que
había traído de las Indias”. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Trece meses más tarde de su
salida de Asunción, <span style="color: #666666;">Ulrico Schmidl</span> desembarcó
en Amberes y desde ahí se encaminó a su tierra natal, Straubing, en Baviera. Se
ignora la fecha de su muerte que, tentativamente, se ha fijado en 1581<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Su libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Viaje al Río de la Plata</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(y
Paraguay)</i>, lo terminó de escribir en 1564, y fue incluido en una colección
alemana de viajes en 1567. La primera edición en castellano se debió a Andrés
González Barcia, quien lo hizo figurar en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historiadores
primitivos de las Indias Occidentales</i>, en 1749. Desde entonces se hicieron
nuevas ediciones, siendo las más señaladas la de 1836 (Angelis), la de 1903
(Lafone-Mitre) y la de 1938 (Gollçán-Wernicke).<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">El libro de Schmidl se considera
un escrito de intención autobiográfica, pero muy útil para hacerse una idea del
ambiente existente en las cabalgadas, batallas y exploraciones de la época por
las actuales tierras de Argentina y Paraguay. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Esteve Barba considera que el
libro está escrito de un modo conciso y familiar, desaliñado, pero con
sencillez y vivacidad, y, exagerando, concluye que, aunque guardando las
distancias, el autor es “el Bernal Díaz alemán”, lo cual es un despropósito.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Durante años se consideró que
todas las fechas dadas por Schmidl eran falsas y se le acusó de ser incapaz de
aprender y escribir una palabra en castellano. Un estudioso paraguayo, Vicente
Pistillis, explicó que las referencias temporales utilizadas en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Viaje al Río de la Plata</i>, correspondían
a un calendario diferente al gregoriano, el juliano a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">nativitate</i>. Basta con sumar un año a la fecha dada por Schmidl y
restar una semana para hacerla concordar que la que hoy es vigente. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Con respecto a las palabras
castellanas, Edmundo Wernicke demostró que lo considerado como erratas son
palabra escritas en alemán para que su sonido correspondiera al original castellano:
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">cristali</i> para leerse cristal y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">reise</i> para leerse raíz, por ejemplo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 11.35pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">El capítulo IX del libro de
Schmidl, titulado aquí “¡¡Hambre!!”, es una patética ilustracion de las
permanentes penurias vividas durante los años de la conquista de territorios
argentinos y paraguayos, y en general de toda Sudamérica. Fue un continuo
padecimiento por el cual murió una gran cantidad de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>soldados, indios y esclavos, en diversos
lugares y ocasiones. La antropofagia, el canibalismo, representó un recurso de
salvación, jamás desdeñado por las huestes conquistadoras que recorrieron las
Indias.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; mso-pagination: none; tab-stops: 7.1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Prólogos
de los editores </span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">en
las citadas publicaciones de Historia 16<i style="mso-bidi-font-style: normal;">.<o:p></o:p></i></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Viaje
al Río de la Plata. </span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Ulico
Schmidl. Emecé Editores, Colección Buen Aire. Buenos Aires, 1942.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></span><br />
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Utz
Schmidl. Su vida, sus viajes, su obra.</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">
Federico B. Kirbus y Nicolás Cócaro. Buenos Aires, 1984. 139 págs.</span><o:p></o:p></span>Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-41374094938934553282013-05-11T04:06:00.005-07:002013-05-11T10:21:38.569-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><o:p><span style="font-family: Times New Roman; font-size: large;"> </span></o:p></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div align="center" style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">LA
CAPTURA DE HUÁSCAR<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Juan Ruíz de Arce<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Este señor dela tierra Inperio Incaico, Perú) se
llamaba Huáscar</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">;
era hermano de Atahualpa, el que nosotros prendimos; era hermano mayor. Este heredaba
todo el reino. Tuvieron estos dos hermanos mucha guerra sobre cuál de ellos
había de ser señor. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">La causa de su guerra fue esta: su padre que
era señor de toda la tierra, que se llamaba Huayna Cápac</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">, siendo señor,
se le alzó Quito. Le fue forzado ir a hacerle venir a su servicio, y, para ir
dejó al hijo mayor, que heredaba reino, por gobernador y señor de la tierra, y
hizo a todos los señores que lo obedeciesen. Y así fue a poner en paz a Quito.
Y, estando en Quito, álcesele una provincia que se dice los Caraques. Le fue forzoso
dejar la tierra e ir allá; dejó por gobernador de ella a su hijo Atahualpa.
Yendo caminando en demanda de los Caraques, un día amaneció muerto. Como los
hijos supieron de su muerte, se alzó cada uno con la tierra que tenia.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Huáscar que era el mayorazgo, envía un
mensajero a Atahualpa, a saber por quién tenía la tierra. Él le envió a decir
que era hijo de Huayna Cápac, y su padre lo había dejado allí, que tuviese por
bien de dejarle le aquel rincón. El le envío a decir que los hijos bastardos de
los reyes que no habían de heredar los reinos, que luego saliese de su tierra,
porque el era hijo legitimo de Huayna Cápac y mayorazgo y el heredaba todos los
reinos de su padre, y el era hijo bastardo que luego se saliese de su tierra;
si no, que le había luego de hacer la guerra a fuego y a sangre. Atahualpa le envío
un mensajero rogándole, que era su hermano, que tuviese por bien de dejarle un rinconcillo
que su padre le había dejado. Oído el mensajero manda hacer justicia luego del,
sabido por Atahualpa y su gente, el era tan bienquisto en su tierra que fue muy
importunado todos cuantos en ella había que le hiciese la guerra. Y así lo
hizo. Y el día que prendimos a Atahualpa, aquel día prendió un capitán suyo a
su hermano, que era el señor de la tierra.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Este capitán que le prendió se decía Calcuchimac</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">. Era un hombre
alto robusto; era muy ardid en la guerra. Prendió al señor del Cuzco</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">, de esta
manera: él fue con treinta mil hombres de guerra sobre el Cuzco; salieron a él
la gente de Huáscar, que era el señor del Cuzco. Y como él llevase su ardid de
guerra, pensando pelear muy poco y recogerse con su gente, y ponerse en huida.
Y era ya sobre tarde. Y por ser noche, se volvieron al Cuzco. La gente de
aquella tierra tiene por costumbre que, cuando tienen victoria y huyen sus
enemigos, hacen muy grandes regocijos y se emborrachan. Y como Calcuchimac
supiese la costumbre de ellos, en siendo noche se vuelve sobre el Cuzco, al cuarto
del alba, y da en ellos y prende a Huáscar y le mata <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mucha gente. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Otro día, desde que los de la tierra vieron el
señor preso y mucha gente muerta, se llama a gente para la guerra</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;"> y se junta
tanta gente en cantidad, que había ciento para uno. Y vienen sobre Calcuchimac
y le ponen cerco. Y desde que él conoció la ventaja, vio que no tenía remedio.
Va adonde estaba Huáscar, que lo tenía preso en la fortaleza, y le dice:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–Huáscar</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn6" name="_ftnref6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">: ¿que te parece
lo que he hecho?<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Le respondió Huáscar:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–Haz hecho lo que tu señor te mando.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Le respondió Calcuchimac:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–No lo he hecho por eso, por hacer lo que Atahualpa
me ha mandado, que es un traidor y el mayor tirano que hasta hoy se visto. Lo
que he hecho ha sido para que veas quién yo soy y para que te sirvas de mi y de
toda esta gente que yo traigo de Atahualpa, porque si así no fuera no la
pudiera yo traer acá, como la traje. Yo bien se que eres mi señor natural y que
heredas estos reinos y que Atahualpa, tiranamente, los tiene y te quiere tomar cuanto
tienes. Yo, sabido esto, y porque te críe, vengo a servirte y a ofrecerme de
traerte aquí preso a Atahualpa muy presto. Para esto yo te pido, por la crianza
que me debes y por lo que deseo servirte, que tú me otorgues la vida y me hagas
tu capitán general.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Y entonces se levantó Huáscar y le dijo:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–No digo yo hacerte capitán general. Si tú haces
esto, traerme Atahualpa preso, tu serás señor de toda mi tierra.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Entonces le dio Calcuchimac:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–Pues conviene que mandes a todos tus indios
que dejen de pelear y vengan aquí todos los capitanes y señores principales que
aquí están contigo y me obedezcan por general suyo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Luego Huáscar mando llamar y entrar todos en la
fortaleza donde Huáscar estaba. Y como Calcuchimac los vio dentro, mandó luego
a su gente que los descabezasen. Y muertos los capitanes y señores, da tras la gente
menuda, y ellos, como se vieron sin capitán ni quien los mandase, huyeron. Mató
mucha gente y aseñoreóse en la ciudad y mandaba toda la tierra. Y luego envío,
con diez mil hombres, a Huáscar, preso, a su señor Atahualpa. Y llevándolo preso,
en el camino, le fue dada a Huáscar la nueva de como los cristianos tenían
preso Atahualpa y que éste había mandado dar una casa de oro a los cristianos para
que lo soltasen. Y como el fuese muchacho, se le soltó una necedad, la cual
hizo mal a él y a nosotros</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn7" name="_ftnref7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">. Y dijo a
quien le dijo que Atahualpa había mandado dar una casa de oro a los españoles.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">–¿Qué oro tiene él para dar a los cristianos?
¿No sabe él que es todo eso mío y no lo puede dar? Más yo iré allá, y si él ha
mandado una casa de oro, yo le daré dos y los cristianos sabrán la verdad de
todo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Dicho esto, tiran luego por la posta y le hacen
saber a Atahualpa todo lo que Huáscar había dicho. Sabido por Atahualpa, manda
luego a gran prisa al capitán que lo traía que le cortase la cabeza y lo echase
un río abajo, Y así murió y perdimos nosotros harta cantidad de oro. Mandaba Atahualpa
a su capitán Calcuchimac, que no tocasen en casa de su padre ni en las Casas de
sol que ellos tienen por monasterios.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Y en esta tierra tienen esta orden: el señor
que fuere, se manda enterrar en el Cuzco. Allí, en el Cuzco, tienen un
monasterio, donde todos los señores se entierran. Allí están muchas hijas de
señores, retraídas. La costumbre que tienen es esta: cada una tiene su celda y
sus mujeres de servicio. En el medio del monasterio está un patio grande; en el
medio del patio esta una fuente y junto a la fuente está un escaño. Este escaño
era de oro, pesó diez y ocho mil castellanos. Junto al escaño estaba un ídolo.
Al mediodía quitaban el cobertor que tenia el escaño, llevaba cada monja un plato
de maíz y otro de carne y otro de un jarro de vino, y lo ofrecían al ídolo. Y
desde que habían acabado todas de ofrecer sus sacrificios, venían dos indios,
que tenían cargo de aquello, que traían un brasero de plata, grande, encendido;
echaban el maíz y la carne, y el vino lo echaban en la fuente. De que acababan
de quemar, e hacían su sacrificio y alzaban las manos al sol y le daban gracias.
En esta tierra adoran al sol.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Y como Atahualpa mandase que no tocasen en cosa
de su padre ni en los monasterios, hallamos el oro y plata que su padre tenia.
Hallamos muchas ovejas de oro y mujeres y cantaros y jarros y otras piezas
muchas. Hallamos en todos los aposentos del monasterio, alrededor del, junto a
las tejas, una plancha de oro, tan ancha como un palmo. Esto lo tenían todos
los aposentos del monasterio. Se juntó aquí mucho oro y plata, y fue tan buena
esta fundición como la primera. Cúpole a su majestad, de oro y plata, otro millón
de pesos</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn8" name="_ftnref8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: large;">. De oro, hubo
muchos compañeros que de esta fundición y de la otra, quedaron con cuarenta mil
castellanos, y otros a treinta e otros a veinte e otros a quince; no bajo
ninguno de diez hecha la fundición.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><o:p><span style="font-family: Times New Roman; font-size: large;"> </span></o:p></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">“Advertencias de
Juan Ruíz de Arce a sus sucesores”, en: Canilleros, Conde de: Tres testigos de
la Conquista del Perú. Espasa-Calpe Argentina, S.A. Colección Austral 168.
Buenos Aires, 1953. Págs. 107 a 113.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">NOTA<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Esta versión de la captura y derrota definitiva
de Huáscar por </span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Calcuchimac </span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;">es, además de una
tontería, un hecho absolutamente inverosímil. Resulta también difícil de creer
que tal versión circulase entre los españoles acantonados en Cajamarca. Lo
registrado por el conquistador Ruiz de Arce sirve para ilustrar la manera como
la memoria alteraba los hechos o improvisaba para redondear y completar un episodio
–un cuento, bastante pobre imaginativa y literariamente– de la autobiografía
lineal que, en este caso, se va contado. Este cuento también sirve de
advertencia para buscar, siempre, otras fuentes que registren el mismo hecho
histórico y cuidarse de aceptar la primera versión que se lee.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">De acuerdo a la versión dada por el historiador
peruano José Antonio del Busto, Huáscar fue capturado y derrotado por las
tropas de Calcuchimac y las de Quisquis, luego de una batalla dada en una
quebrada con ventaja posicional y estratégica de los generales de Atahualpa. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Según del Busto, en plena batalla, Calcuchimac
se dedicó a buscar a Huáscar que, “lejos de huir combatía animosamente.
Entonces Calcuchimac, con algunos de los suyos, se deslizó hasta el Inca, saltó
y asiéndose de sus vestiduras, lo derribó de su litera. ¡El cóndor real había
caído, cinco o seis halconcillos los habían traído a tierra…!”.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Luego de ser saqueado el Cuzco y exterminados
todos los miembros de la pallaca de Huáscar de forma brutal y sádica, el Inca
derrotado fue enviado hacia Cajamarca, para ser entregado a su hermano vencedor,
Atahualpa. Pero en el camino, los capitanes que comandaban el pequeño ejercito
que lo conducía, recibieron la orden de asesinarlo, lo cual se ejecutó
lanzándolo desde un acantilado a las turbulentas e impetuosas corrientes del
río Andamarca.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Juan Ruíz de Arce, el autor de esta versión de
la captura de Huáscar, nació en Extremadura en 1507. Su padre era hidalgo y su
linaje procedía de las montañas de Santander. A los 18 años se embarcó rumbo a
América en búsqueda de fortuna. Deambuló, con irregular suerte por la Española,
Jamaica, Honduras y Nicaragua. En 1532 llegó a la Bahía de San Mateo para incorporarse
a las huestes de Francisco Pizarro que iban a la conquista del Perú. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">Estuvo en Cajamarca y en el Cuzco, participando
activamente en estos dos históricos acontecimientos del inicio del derrumbe del
Imperio Incaico. Con la parte que le correspondió en el reparto del tesoro en
Cajamarca, más la parte de lo obtenido en el Cuzco, decidió regresar a España,
a donde llegó en 1535, luego de diez muy afortunados años en América.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><span style="font-size: large;">En España fue recibido por la emperatiz Isabel,
esposa de Carlos V, quien le dio el privilegio de tener escudo de armas.
Siempre dispuesto a servir a su rey, dio sus dineros para las guerras del
emperador contra los infieles, recibiendo a cambio rentas de juros. En 1542 se
ofreció a pelear contra Francia, con caballo y lanza, ofrecimiento trunco por
el retiro de las tropas francesas, pero sobre esta voluntad de servir a su
patria, Ruíz de Arce la hizo constar en acta notarial. <o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;"></span><br />
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large;">Se supone que las advertencias a sus
descendientes las dictó en 1543. Según el Conde de Canilleros, editor del texto
más difundido, el original dictado por Ruíz de Arce está muy mal redactado, es
de prosa machacona, confusa y puntuada caóticamente (sin ningún punto y
aparte). La lectura del texto existente resulta un verdadero tormento, un
laberinto agotador.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por tal motivo, “sin
la más leve alteración de fondo”, el Conde de Canilleros prácticamente –dice- reescribió
todo el texto original, el cual puede consultar se la edición Eva Stoll.</span></div>
<ul><span style="font-size: large;">
</span>
<li><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">“Juan Ruiz de Arce”, en: Canilleros, Conde de: Tres testigos de la Conquista del Perú. Espasa-Calpe Argentina, S.A. Colección Austral 168. Buenos Aires, 1953. Págs. 33 a 40.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span></li>
<span style="font-size: large;">
</span>
<li><div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Stoll, Eva: La memoria de Juan Ruiz de Arce (1543). Conquista del Perú, saberes secretos de caballería y defensa del mayorazgo</span>. <span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Veuvert – Iberoamericana, 2002. Madrid, España. 128 págs</span>.<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">
(Incluye la transcripción del texto original).<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-size: large;">
</span></li>
<span style="font-size: large;">
</span></ul>
<span style="font-size: large;"><hr align="left" size="1" width="33%" />
</span><!--[endif]--><br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div style="background: white; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm; vertical-align: baseline;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"> </span><span style="color: #555555; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;">El nombre en la crónica es Guaycara para Huáscar y Atabalica
para Atahualpa; se cambian. </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><em>[2]</em></span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><em>
</em><span style="font-style: normal;">Guaynacava</span><span style="color: #555555; font-style: normal; mso-bidi-font-family: Helvetica;"> en la crónica; se cambia a Huayna
Cápac.</span><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal;"> </span><span style="font-style: normal; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Chiranchiman en el texto; el general que captura a Huáscar
es Calcuchimac: se cambia el nombre.</span><span style="font-style: normal;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> En algunas crónicas los españoles llaman Cuzco viejo
a Huayna Cápac y Cuzco joven a Huáscar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> En el texto “apellídense”, en el sentido de llamar a
gente para la guerra.<o:p></o:p></span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn6" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref6" name="_ftn6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> Es muy extraña la manera como el general de
Atahualpa se dirige, sin especial respeto, al señor del Cuzco y del Imperio, a
pesar de estar prisionero.<o:p></o:p></span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn7" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref7" name="_ftn7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; font-style: normal; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-style: normal;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> Huáscar ya no era un muchacho; llevaba más de 10
años gobernando el Imperio Incaico.<o:p></o:p></span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn8" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 0cm;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref8" name="_ftn8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><em>[8]</em></span></span><!--[endif]--></span></span></a><em><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">
Al rey de España le tocaba el quinto, la quinta parte del valor de lo obtenido
por los conquistadores de América.<o:p></o:p></span></span></em></div>
</div>
</div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-5936424127282188562013-05-11T04:04:00.001-07:002013-05-11T10:25:18.646-07:00<span style="font-size: large;"></span><br />
<div class="WordSection1">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"><span style="mso-ansi-language: ES; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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<div class="WordSection1" style="text-align: center;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">VASCO
PORCALLO DE FIGUEROA<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-size: large;"><span lang="ES-TRAD"><o:p><span style="color: #333333; font-family: Goudy Old Style;"> </span></o:p></span><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Inca Garcilaso de la Vega.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333; font-family: Goudy Old Style; font-size: large;">En la villa de la Trinidad, que es un pueblo de los de
aquella isla (de Cuba), vivía un caballero muy rico y principal llamado Vasco
Porcallo de Figueroa, deudo cercano de la ilustrísima casa de Feria. El cual
visitó el gobernador en la ciudad de Santiago de Cuba, y, como él estuviese en
ella algunos días y viese la gallardía y gentileza de tantos caballeros y tan
buenos soldados como iban a esta jornada (de La Florida) y el aparato magnífico
que para ella se proveía, no pudo contenerse que su ánimo ya resfriado de las
cosas de la guerra no volviese ahora de nuevo a encenderse en los deseos de
ella. Con los cuales, voluntariamente se ofreció al gobernador de ir en su
compañía a la conquista de la Florida tan famosa, sin que su edad, que pasaba
ya de los cincuenta años, ni los muchos trabajos que había pasado así en Indias
como en España e Italia, donde en su juventud había vencido dos campos de
batalla singular, ni la mucha hacienda ganada y adquirida por las armas</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">,
ni el deseo natural que los hombres suelen tener de la gozar, fuese para
resistirle; antes posponiéndolo todo, quiso seguir al adelantado, para lo cual
le ofreció su persona, vida y hacienda.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El gobernador, vista una determinación tan heroíca, y
que no la movía deseo de hacienda ni honra, sino propia generosidad y el ánimo
belicoso que este caballero siempre había tenido, aceptó su ofrecimiento, y
habiéndole estimado y con palabra encarecida en lo que era razón, por corresponder
con la honra que tan gran hecho merecía, le nombró por teniente general de toda
su armada y ejército, habiendo muchos días antes depuesto de este cargo a Nuño
Tovar por haberse casado clandestinamente con doña Leonor de Bobadilla, hija
del conde de la Gomera.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">Vasco Porcallo de Figueroa y de la
Cerda, como hombre generoso y riquísimo ayudó magníficamente para la conquista
de la Florida, porque, sin los muchos criados españoles, indios y negros que
llevó a esta jornada, y sin el demás aparato y menaje de su casa y servicio,
llevó treinta y seis caballos para su persona, sin otros más de cincuenta que
presentó a caballeros particulares del ejército. Proveyó de mucho bastimento de
carnaje, pescado, maíz y cazavi, sin otras cosas que la armada hubo menester.
Fue causa que muchos españoles de los que vivían en la isla de Cuba a imitación
suya se animasen y fuesen a esta jornada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: large;">II</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El gobernador Hernando de Soto, que, como dijimos, iba
navegando en demanda de la Florida, descubrió tierra de ella el postrer día de
mayo, habiendo tardado diez y nueve días por la mar por haberle sido el tiempo
contrario. Surgieron las naos en una bahía honda y buena que llamaron del
Espíritu Santo, y, por ser tarde, no desembarcaron gente alguna aquel día. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El primero de junio echaron los bateles a tierra, los
cuales volvieron cargados de hierba para los caballos y trajeron mucho agraz de
parrizas incultas que hallaron por el monte, que los indios de todo este gran
reino de la Florida no cultivan esta planta ni la tienen en la veneración que
otras naciones, aunque comen la fruta de ella cuando está muy madura o hecha
pasas. Los nuestros quedaron muy contentos de las buenas muestras que trajeron
de tierra por asemejarse en las uvas a España, las cuales no hallaron en tierra
de México ni en todo el Perú.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El segundo día de junio mandó el gobernador que saliesen
a tierra trescientos infantes al auto y solemnidad de tomar la posesión de ella
por el emperador Carlos Quinto, rey de España. Los cuales, después del auto
anduvieron todo el día por la costa sin ver indio alguno y a la noche se
quedaron a dormir en tierra. Al cuarto del alba dieron los indios en ellos con
tanto ímpetu y denuedo que los retiraron hasta el agua, y, como tocasen arma,
salieron de los navíos infantes y caballos a los socorrer con tanta presteza
como si estuvieran en tierra.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El teniente general Vasco Porcallo de Figueroa fue el
caudillo del socorro. Halló los infantes de tierra apretados y turbados como
bisoños, que unos a otros se estorbaban al pelear, y algunos de ellos ya
heridos de las flechas. Dado el socorro y seguido un buen trecho el alcance de
los enemigos, se volvieron a su alojamiento. Y apenas habían llegado a él
cuando se les cayó muerto el caballo del teniente general de un flechazo que en
la refriega le dieron sobre la silla, que pasando la ropa, tejuelas y bastos,
entró más de una tercia por las costillas a lo hueco. Vasco Porcallo holgó mucho
de que el primer caballo que en la conquista se empleó y la primera lanza que
en los enemigos se estrenó, fuese el suyo. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">III<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Un día de los que el gobernador estuvo en el pueblo de
Hirrihigua, tuvo aviso y nueva cierta cómo el cacique estaba retirado en un
monte no lejos del ejército. El teniente general Vasco Porcallo de Figueroa,
como hombre tan belicoso y ganoso de honra, quiso ir por él, por gozar de la
gloria de haberlo traído por bien o por mal, y no aprovechó que el gobernador
quisiese estorbarle el viaje diciéndole que enviase otro capitán, sino que
quiso ir él mismo. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Y así, nombrando los caballeros e infantes que le
pareció llevar consigo, salió del real con gran lozanía y mayor esperanza de
traer preso o hecho amigo al curaca Hirrihigua. El cual, por sus espías supiese
que el teniente general y muchos castellanos iban donde él estaba, les envió un
mensajero diciendo que les suplicaba no pasasen adelante porque él estaba en
lugar seguro donde por más y más que trabajasen no podrían llegar a él por los
muchos malos pasos de arroyos, ciénagas y montes que había en medio. Por tanto,
les requería y suplicaba se volviesen antes que les acaeciese alguna desgracia
si entrasen en alguna parte donde no pudiesen salir y que este aviso les daba,
no de miedo que de ellos tuviese que le hubiesen de prender, sino en recompensa
y servicio de la merced y gracia que le habían hecho en no haber hecho el mal y
daño que en su tierra y vasallos pudieran haber hecho.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Este recaudo envió muchas veces el cacique Hirrihigua,
que casi se alcanzaban los mensajeros unos a otros. Mas el teniente general
cuanto ellos más se multiplicaban tanto más deseaba pasar adelante, entendiendo
al contrario y persuadiéndose que era temor del curaca y no cortesía ni manera
de amistad y que, porque no se le podía escapar, porfiaba tanto con los
mensajes. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Con estas imaginaciones se daba más prisa a caminar,
sirviendo de espuelas a todos los que con él iban, hasta que llegaron a una
grande y mala ciénaga. Dificultando todos el pasar por ella, sólo Vasco Porcallo
hizo instancia a que entrasen y, por moverles con el ejemplo, porque como
plático soldado que había sido, sabía que para ser un capitán obedecido en las
dificultades no tenía mejor remedio que ir delante de sus soldados (aunque ésta
era temeridad), dio de las espuelas al caballo y entró a prisa en la ciénaga y
en pos de él entraron otros muchos. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Mas, a pocos pasos que el teniente general dio, cayó
el caballo con él, donde se hubieran de ahogar ambos, porque los de a pie por
ser légamo y lodo no podían nadar para llegar a prisa a socorrerle y por ser
cieno se hundían si iban andando, y los de a caballo por lo mismo no podían
llegar a favorecerle, que todos corrí an un mismo peligro, sino que el de Vasco
Porcallo era mucho mayor por estar cargado de armas y envuelto en el cieno y
haberle tomado el caballo una pierna debajo, con que lo ahogaba sin dejarle
valerse de su persona.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">De este peligro salió Vasco Porcallo más por misericordia
divina que por socorro humano, y, como se vio lleno de lodo, perdidas las
esperanzas que de prender al cacique llevaba y que el indio, sin haber salido
con armas al encuentro a pelear con él, sólo con palabras enviadas a decir por
vía de amistad le hubiese vencido (corrido y avergonzado de sí propio, lleno de
pesar y melancolía), mandó volver a la gente. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Y, como con el enojo de esta desgracia se juntase la memoria
de su mucha hacienda y el descanso y regalo que en su casa había dejado y que
su edad ya no era de mozo y que la mayor parte de ella era ya pasada y que los
trabajos venideros de aquella conquista todos, o los más, habían de ser como
los de aquel día, o peores, y que él no tenía necesidad de tomarlos por su
voluntad, pues le bastaban los que había pasado, le pareció volverse a su casa
y dejar aquella jornada para los mozos que a ella iban.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Con estas imaginaciones fue todo el camino hablándolas
a solas y a veces en público, repitiendo los nombres de los dos curacas
Hirrihigua y Urribarracuxi, desmembrándolos por sílabas y trocando en ellas
algunas letras para que le saliesen más a propósito que por ellas quería
inferir, diciendo: "Hurri Harri, Hurri, Higa, burra coja, Hurri Harri. Doy
al diablo la tierra donde los primeros y más continuos nombres que en ella he
oído son tan viles e infames. Voto a tal, que de tales principios no se pueden
esperar buenos medios ni fines; ni de tales agüeros, buenos sucesos. Trabaje
quien lo ha menester para comer o ser honrado que a mí me sobra hacienda y
honra para toda mi vida, y aún para después de ella."<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333; font-family: Goudy Old Style; font-size: large;">Con estas palabras, y otras semejantes, repetidas
muchas veces, llegó al ejército, y luego pidió licencia al gobernador para
volverse a la isla de Cuba</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">.
El general se la dio con la misma liberalidad y gracia que había recibido su
ofrecimiento para la conquista y con la licencia le dio el galeoncillo San
Antón, en que se fue.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">IV<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Vasco Porcallo repartió por los caballeros y soldados
que le pareció sus armas y caballos y el demás aparato y servicio de casa que,
como hombre tan rico y noble, lo había llevado muy bueno y aventajado. Mandó
dejar para el ejército todo el bastimento y matalotaje que para su persona y
familia había sacado de su casa. <o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Dio orden que un hijo suyo natural llamado Gómez
Suárez de Figueroa, habido en una india de Cuba, se quedase para ir en la
jornada con el gobernador; le dejó dos caballos y armas y lo demás necesario
para la conquista. El cual anduvo después en toda ella como muy buen caballero
y soldado hijo de tal padre, sirviendo con mucha prontitud en todas las
ocasiones que se le ofrecieron, y, después que los indios le mataron los
caballos, anduvo siempre a pie sin querer aceptar del general, ni de otro
personaje alguno, caballo prestado ni dado ni otro ningún regalo ni favor,
aunque se viese herido y en mucha necesidad, por parecerle que todos los regalos
que le hacían y ofrecían no llegaban a recompensar los servicios y beneficios
por su padre hechos en común y particular a todo el ejército, de que el gobernador
andaba congojado y deseoso de agradar y regalar a este caballero, mas su ánimo
era tan extraño y esquivo que nunca jamás quiso recibir nada de nadie.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">EPÍLOGO<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">El contador Juan de Añasco y el tesorero Juan Gaytán y
los capitanes Baltasar de Gallegos y Alonso Romo de Cardeñosa y Arias Tinoco y
Pedro Calderón y otros de menos cuenta se volvieron a España, eligiendo por
mejor venir pobres a ella que no quedar en las Indias, por el odio que les
habían cobrado, así por el trabajo que en ellas habían pasado como por lo que
de sus haciendas habían perdido, habiendo sido los más de ellos causa que lo
uno y lo otro se perdiese sin provecho alguno. Gómez Suárez de Figueroa se
volvió a la casa y hacienda de Vasco Porcallo de Figueroa y de la Cerda, su
padre.<o:p></o:p></span></span></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="font-size: large;">MORALEJA<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Concluidas en
brevísimo tiempo las cosas que hemos dicho, se embarcó Vasco Porcallo y llevó
consigo todos los españoles e indios y negros que para su servicio había
traído, dejando nota en todo el ejército, no de cobardía, porque no cabía en su
ánimo, sino de inconstancia de él; como en la isla de Cuba, cuando se ofreció
para la conquista, la había dejado de ambición demasiada, por desamparar su
casa, hacienda y regalo, por cosas nuevas, sin necesidad de ellas.<span style="color: windowtext;"><o:p></o:p></span></span></span></span></span></i></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">En casos graves,
siempre las determinaciones no consultadas con la prudencia y consejo de los
amigos suelen causar arrebatados y aun desesperados arrepentimientos, con mal y
daño y mucha infamia del que así las ejecuta, que, si este caballero mirara
antes de salir de su casa lo que miró después para volverse a ella, no fuera
notado de lo que lo fue ni inquietara su persona para menoscabo y pérdida de su
reputación y gasto de su hacienda, pudiendo haberla empleado en la misma
jornada con más prudencia y mejor consejo para más loa y honra suya. <o:p></o:p></span></span></span></span></i></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="Estilo1" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-hyphenate: auto; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #333333;"><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Mas, ¿quién
domará una bestia fiera ni aconsejará a los libres y poderosos, confiados de sí
mismos y persuadidos que conforme a los bienes de fortuna tienen los del ánimo
y que la misma ventaja que hacen a los demás hombres en la hacienda que ellos
no ganaron, esa misma les hacen en la discreción y sabiduría que no
aprendieron? Por lo cual, ni piden consejo, ni lo quieren recibir, ni pueden
ver a los que son para dárselo. <o:p></o:p></span></span></span></span></i></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Garcilaso, El Inca: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Florida.</i>
Introducción y notas de Carmen de Mora. Alianza Universidad. Madrid, 1987. (Ver
págs. 134, 146 y 176)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">NOTA<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Este cuento está armado extrayendo y juntando textos
separados cronológicamente en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Florida</i>,
del Inca Garcilaso de la Vega. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">La historia refleja una actitud común entre los
viejos conquistadores: volver a descubrir, luchar, conquistar y enriquecerse,
abandonando lo ya obtenido en sus anteriores recorridos a sangre y fuego. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Sin duda, Porcallo es un ejemplo menor si se le
compara con el jefe de estos nuevos aspirantes a descubrir imperios tan ricos y
poderosos como el azteca y el inca.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Hernando de Soto ya era rico, admirado y elogiado en
la corte española. Nada nuevo le podría dar lanzarse a conquistar Florida, ya
en esos años infectada de fantasías.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Es muy probable que a Hernando de Soto le resultara
de poco valor haber actuado en la conquista del Imperio del Perú en un puesto
destacado, pero secundario comparado con el de Francisco Pizarro.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Recibió una buena parte en el reparto del oro dado
por Atahualpa para salvar su vida, y en posesión de este oro, Soto abandonó las
huestes de Pizarro para hallar una vida más cómoda, más deslumbrante, más
satisfactoria en la corte española, donde se casó con una dama de linaje que lo
acompañará hasta Cuba, a donde él viaja como gobernador, y al que ella guardará
las espaldas asumiendo el cargo más alto toda la isla mientras dura la nueva
aventura de su esposo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Pero Soto, a diferencia de Porcallo, no abandona su
camino y continúa en pos de la riqueza, la gloria y la fama que supone
encontrará en Florida.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Las fatigas, el hambre, las desilusiones, los
combates, no restan un ápice a su proyecto descubridor y conquistador. Él
deberá ir hasta el final, hasta que la muerte lo alcance y derrote a través de
unas fiebres y no en combate.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Porcallo abandona sus bienes y sus riquezas por
nostalgia, por el recuerdo de sus correrías por Nueva España y México. Va
equipado con todo lo que su dinero puede agregar a sus bienes para equiparlo de
la mejor manera posible. El primer combate lo llena de satisfacción por ser él
quien los inaugure y obtenga la primera victoria frente a los indígenas. Pero
acto seguido, su primer chasco, su primer ridículo (iba tan cargado de armas y
armaduras que no po-día salir de la ciénaga en la que había caído con su
caballo) se sabe viejo, sin los reflejos y los ánimos de sus distantes
combates.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Al llegar al campamento, embarrado de pies a cabeza,
va donde Soto y le presenta su renuncia a continuar el viaje. Soto la acepta, y
Porcallo reparte sus bienes, sus caballos y sus armas, dándole a su hijo
ilegitimo lo que más podía servir para protegerlo en los combates y en las
caminatas. Y así, el viejo guerrero regresa a sus lares cubanos, llevando
consigo a los españoles, indios y negros que llevó consigo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Pero esta historia, por su mismo reparto temporal,
es un cuento de la vida de Porcallo, y así, como en este caso, la vida de todo
ser humano está compuesta de cuentos que se desarrollan con un inicio, un medio
y un final, y que, ademas, son fácil de distinguir y extraerlos de la historia
total, de esa novela que es la vida humana. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-size: large;">Lo más probable es que estos cuentos tengan un
mínimo dramatismo o muy escaso interés, pero en ese caso, todos esos
fragmentos, todas esas historias opacas, esos cuentos perdidos en el desarrollo
de la vida humana, pasen lentamente a formar una novela llena de capítulos que
sólo concluyen con la muerte del principal protagonista. Y la moraleja… bueno,
la moraleja siempre será fácil redactarla.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="WordSection1" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span lang="ES-TRAD" style="color: red; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">
</span>
</span><br />
<span style="font-size: large;"><hr size="1" style="text-align: left;" width="33%" />
</span><!--[endif]--><br />
<div style="mso-element: footnote-list; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div style="mso-element: footnote; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-element: footnote; text-align: justify;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: windowtext; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><em>[1]</em></span></b></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><em><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> Vasco Porcallo,
llegó a América con Pedrarias (1515) y a los pocos meses pasó a Cuba donde
ayudó a fundar ciudades. Estuvo con Cortés en la conquista de México, participando
en todas las batallas. Se dice que Velázquez pensó en él para dirigir la
expedición que luego comandaría Cortés, pero la descartó por conceptuarlo como
persona atrevida que se alzaría con la empresa.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Su firma aparece en la carta de los soldados al Emperador (1520) en
apoyo a Cortés y contra Velázquez. Se dice que viajó a España con Cortés (1528)
y que tuvo problemas con la justicia de Nueva España por haber matado a un
hombre.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><u><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></u><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></em></span></div>
<div style="mso-element: footnote; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-element: footnote; text-align: justify;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8109078336877410898#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: windowtext; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: large; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><em>[2]</em></span></b></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><em><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;"> El Fidalgo de Elvas atribuye la
renuncia de Porcallo a la expedición de Soto a que su interés era “mandar
esclavos de la Florida para la isla de Cuba, donde tenía su hacienda y sus
minas… y viendo que no se podían tomar indios a causa de las espesas matas y
grandes fangales… determinó tornarse para Cuba”. Y aún agrega otra personal:
que entre Porcallo y Soto había alguna diferencia pues “no se trataban ni
conversaban de buen gesto”.<o:p></o:p></span></span></em></span></div>
<div style="mso-element: footnote; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-element: footnote; text-align: justify;">
<span style="mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><em><span style="font-family: Goudy Old Style;"><span style="font-size: large;">Oviedo
dice que al regresar Porcallo de esa salida, “tuvo algunos desabrimiento con el
gobernador (que en esta relación se callan), que el historiador no pudo acabar,
por quien le informó, que le dijese, por algunos respetos. Y se tomó por buen
medio que Vasco Porcallo se volviese a Cuba a mirar por las cosas de la
gobernación de allí y proveer al gobernador y su ejército, cuando fuese
necesario, de lo que hubiese menester. De la ida de este caballero peso a
muchos, porque era amigo de buenos y hacía mucho por ellos”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></em></span></div>
<div style="mso-element: footnote; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"></span></div>
</div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-18817921391230086422013-05-11T04:00:00.004-07:002013-05-11T04:00:47.995-07:00
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock><v:shape alt="Descripción: http://u.jimdo.com/www9/o/s71d1142d8a0f4c86/img/iee9f0b94fade5efc/1335950996/std/plano-de-la-ciudad-de-quito-agi.jpg" id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 168.75pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 246.75pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="plano-de-la-ciudad-de-quito-agi" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\09\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></v:shapetype></span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">PARA VENCER A LOS ESPAÑOLES<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Pero López<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: no-line-numbers; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Se va de esta ciudad (San Francisco de Quito) a los Cañares,
que se llama el señor de ellos don Hernando Duma, el cual esta poblado<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b>en la más fértil tierra de aquellas
partes hay y los indios e indias son de buenos rostros. Es gente que anda
vestida y tienen “policia” (se emplea como orden, aseo) en sus casas y trajes. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Estos, como los demás, tienen, el demonio en ellos, gran
parte han querido algunas veces alzarse contra sus amos. Sucedió que tomaron
consejos con su mochan (mohán), que es como decir el papa, el cual habla con el
demonio todas las veces que quiere, y le pidieron consejo de qué suerte podrían
desbaratar y matar a los españoles, por lo cual les fue respondido que eran muy
belicosos, y que no era posible matarlos sino con su misma nación (gente), para
lo cual tenían ellos gran aparejo y que él les daría la orden de como lo
hiciesen. Le hicieron muchos sacrificios de inocentes y de otras muchas cosas
como ellos suelen hacer. Pedido el parecer de él, les fue dicho que ellos
tenían mujeres muy hermosas y las había en sus tierras, que las pusiesen en los
caminos reales y que los españoles que pasasen tropezarían con ellas y las
empreñarían, y aquellos que pariesen los hiciesen criar, y después serían
tantos el número que podrían después hacer lo que ellos quisiesen con los mismo
españoles; como les fue dicho fue hecho. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Sacaron muchas mujeres doncellas y viudas, las más hermosas
que hallaron, y en casas dedicadas para ello las pusieron a los españoles que
por allí pasaban. Iba el señor o principal de los españoles a ellos, y lo
llevaban a su casa y le mostraban aquellas mujeres, las cuales estaban haciendo
ejercicios de ropas y oficios pulidos. Preguntaba el señor al más principal de los
españoles qué le parecían, que cuál le parecía de aquellas más hermosa, y
diciendo cuál, la mandaban levantar y que le fuese a servir al tambo real, que
es como decir el mesón, el cual tambo y albergue está algo apartado de los
pueblos de los indios, y le servía esta india todo el tiempo que allí estaba,
un día y dos o más. Y lo mismo hacían a todos los demás españoles que por allí
pasaban que eran hartos, y fueron muchos más después que se publicó la maldad
que allí se usaba. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">En cinco años no se pudo saber ni descubrir (lo que ahí
sucedía), (hasta que) al cabo de los cuales, una india que se había salido con
un soldado descubrió el bajo (plan) y maldad que los indios pensaban. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">El capitán Salazar salió de la ciudad de San Francisco de
Quito al castigo y averiguación de esto; prendió a los señores, le trajeron a
las indias paridas, mestizos y mestizas que tenían a criar la tierra adentro. Hizo
el castigo. Cumplió el demonio su voluntad que fue hacer pecar a los españoles
y llevarse para así aquellas ánimas que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">camaron</i>
(pecaron o ¿¡¡¡quemaron!!!?).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">López, Pero: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rutas de
Cartagena de Indias a Buenos Aires y Sublevaciones de Pizarro, Castilla y
Hernández Gijón</i>. Transcrito y anotado por Juan Frie- de. Prefacio de Marcel
Bataillon. Madrid, 1970. Págs. 70-71.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%;">Güenaga
de Silva, Rosario: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relación de Pero
López. </i>Visión de un conquistador del siglo XVI. Universidad Nacional del
Sur. Bahía Blanca, 1971. Págs. 43-44<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; tab-stops: 7.1pt;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">NOTA<o:p></o:p></span></b></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
crónica de Pero López, una crónica menor, y hasta hace pocos años inédita, de
la Conquista de América, se encuentra registrada en la Biblioteca Lilly de la
Universidad de Indiana de los Estados Unidos, como proveniente de la colección
reunida a comienzos del siglo XIX por Sir Thomas Phillipps el cual la compró en
1842 en la subasta de la biblioteca de Lord Kingsborough; en 1938 la
Universidad de Indiana lo compró en Lathrop C. Harper, Inc, compañía de Indiana
que lo había adquirido en la subasta organizada por The Rosenbach Co.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Esta
ignorada crónica tuvo la fortuna de ser encontrada por<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Juan Friede, quien la editó en Madrid en
1970, con una transcripción y estudio introductorio suyo, y un prefacio de
Marcel Bataillon. Algo más de un año después, la Universidad Nacional del Sur
editó la misma crónica con una introducción de la lic. Rosario Güenaga de
Silva. Es decir, cuatro siglos después de su escritura, la crónica fue
publicada por duplicado, y como inédita por ambas partes.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
crónica se desarrolla desde 1540 a 1570, años en que su autor vivió en América.
Lo narrado se divide en dos partes; una referente a su recorrido desde
Cartagena hasta Buenos Aires; y la otra a las guerras civiles del Perú, en
donde formó parte de las fuerzas realistas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El
escrito de López no se encuentra influido por las crónicas que ya circulaban en
los años en que la escribió; es un testimonio personal, limitado por la cultura
y los intereses propios del narrador, y que además de pequeñas anécdotas y ligeras
variantes de hechos conocidos, sirve para reafirmar otros testimonios y
crónicas sobre los mismos sucesos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Aceptando
el juicio de Bataillon de que no hay episodio de las Indias mejor conocido que
el alzamiento de Gonzalo Pizarro desde 1544 a 1548, selecciono una anécdota señalada
por Bataillon en la crónica de López concerniente a su paso por el actual Ecuador
y que encuentra una versión más plana en la crónica de Cieza de León. Es el
capitulo referente a las mujeres de los cañares, que eran entregadas por los
hombres de los poblados para servir de cargadoras a los españoles, se anota que
la matanza hecha por Atahualpa ejecutando hombres, jóvenes y niños, había
dejado a los cañares con una proporción de quince mujeres por cada hombre. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Es
difícil saber la veracidad de los contado por Pero López sobre el consejo del
sacerdote sobre el método como se podría vencer a los españoles, pero algo
podría haber de cierto, cuando Cieza de León afirma que las mujeres de los
cañares “son algunas hermosas y no poco ardientes en lujuria, amigas de los
españoles”. Y Bataillon comenta que estos hechos son “una curiosa flor de la
crónica del mestizaje”. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p> </o:p></span><br />
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-add-space: auto; mso-list: l0 level1 lfo1; mso-pagination: none; tab-stops: 7.1pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Friede, Juan: “Estudio preliminar”, en: López, Pero: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rutas de Cartagena de Indias a Buenos Aires
y Sublevaciones de Pizarro, Castilla y Hernández Gijón</i>. Transcrito y
anotado por Juan Friede. Prefacio de Marcel Bataillon. Madrid, 1970. Págs.
1-28.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";"> </span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt;">Bataillon,
Marcel: “Prefacio”, en: </span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">López, Pero: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rutas de Cartagena de Indias a Buenos Aires y Sublevaciones de Pizarro,
Castilla y Hernández Gijón</i>. Transcrito y anotado por Juan Friede. Prefacio
de Marcel Bataillon. Madrid, 1970. Págs. IX a XIII.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt;">Güenaga
de Silva, Rosario: Introducción en: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relación
de Pero López. </i>Visión de un conquistador del siglo XVI. Universidad
Nacional del Sur. Bahía Blanca, 1971. Págs. 7-15</span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-71252554052372722212013-05-11T03:45:00.002-07:002013-05-11T03:58:01.346-07:00<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; tab-stops: 21.3pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">EL CERRO DE POTOSÍ<o:p></o:p></span></div>
<br />
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Luis Capoche<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Más había de doce años que los
españoles poseían este reino y no tenían noticia de este cerro, en cuyo tiempo
por algunos de los nuestros de labraron las minas del asiento de Porco, que era
la grosedad del reino, y en su descubrimiento (del Potosí) no se halló rastro
que los antiguos incas o reyes se hubiesen apro–vechado de sus minas, ni se
halló señal de labor (como en Porco, donde la habían tenido), ora por alguna
vana observancia y ceremonia a que eran inclinados estos indios, adorando los
montes señalados y piedras singulares, la ciega y más engañada gente,
dedicándolos a sus huacas y adoraciones –que era el lugar donde el demonio los
hablaba y hacían sus sacrificios–, y hallóse fama que queriendo los indios de
Chaqui, que es un pueblo cinco leguas de esta villa, labrarlo, había sucedido
en aquella sazón una mortandad muy grande, que atribuyendo a esto lo dejaron; y
que sabido por el Inca, temeroso de estos abusos (avisos?), mandó que no se
labrase; y que los indios oyeron voces en el aire que decían que para otra
gente mejor estaba guardado y que habían de sacrificarle más que ellos) o por
serles ignoto y no sabido su valor y riqueza, teniéndola Dios guardada y oculta
tantos siglos para remedio y socorro de nuestra nación. Y así hizo Dios ricos
de bienes temporales a estos reinos, conociendo nuestra inclinación que tan
rendida está a estos metales, porque si faltaran dificultosamente se predicara
por ser la tierra tan remota e incomodada.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">El primero que dio noticia de él, con manifestación y
registro público, fue un indio guanca natural de Jauja, yanacona de Villarroel,
que era un español que residía en las minas de Porco. Y antes de éste, el que
lo descubrió y sacó plata de sus minas fue un indio llamado Gualpa, de nación
chumbivillca que es(tá) en tierra del Cuzco, que yendo por la parte del
po0niente siguiendo unos venados se le fueron subiendo el cerro arriba, y como
está empinado y entonces estaba mucha parte cubierto de unos árboles que llaman
quiñua y de muchas matas, por subir un paso algo áspero le fue forzoso asirse
de una rama que estaba nacida en la veta que (después) tomó nombre (de) la
Rica. Y en la raíz y vacío que dejó conoció el metal, que era muy rico por la
experiencia que tenía de lo Porco; y halló en el suelo, junto a la veta, unos
pedazos de metal que se habían soltado de ella y no se dejaban bien conocer,
por tener gastada la color del sol y agua, y llevólo a Porco a ensayar por
guaira.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-line-height-alt: 10.0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Y como viese su extremada riqueza, secretamente labraba la
veta sin comunicarlo que con nadie hasta tanto que el indio guanca, que era su
vecino en Porco, vio que sacaba de las fundiciones que hacía mayores tejos que
los que ordinariamente se fundían de los metales de aquel asiento, y que estaba
mejorando en los atavíos de su persona, porque hasta allí había vivido
pobremente. Y deseoso de saber lo que en esto había, procuró de ver el metal, y
extrañándolo le preguntó a de qué mina era; y el Gualpa le decía que de Porco,
que él no sabía de otras minas, y el guanca se lo negaba. Y tanto le importunó,
que le hubo de decir lo que pasaba y le trajo a este cerro, habiendo más de
ocho meses que él solo se aprovechaba de la mayor riqueza que se había visto en
el mundo. Y dijo al guanca que tomase por suya una veta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que también tenía descubierta, que estaba
cerca de la otra, que después tomó nombre de Diego Centeno, que no era menos
rica, aunque más dura de labrar. Y con esta conformidad partieron el cerro
entre sí. Y el guanca, como sacaba el metal con alguna dificultad de más
trabajo, pedía al Gualpa le dejase labrar en su veta, pues era suficiente para
los dos; y como se lo denegase, se desavinieron con muchas diferencias. E
indignado de esto el guanca, avisó a su amo Villarroel, el cual se fue con él a
ver lo que le decía, y visto lo que pasaba, hizo registrar al guanca,
estacándose con él en la mina que labraba en (la veta después llamada de)
Centeno, cuyo registro se hizo en Porco en veinte y un días del mes de abril de
mil quinientos y cuarenta y cinco años.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 10pt; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Relación
general de la Villa Imperial de Potosi</span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">,
por Luis Capoche. Edición de Lewis Hanke. Ediciones Atlas. Madrid, 1959. Pág.
77.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">NOTA <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El autor de la crónica de la que
se ha extraído esta historia potosina, fue, al parecer, un individuo de vida
tranquila, alejado de desmanes, juicios, peleas y asesinatos, tan corrientes en
la riquísima e imperial villa de Potosí. Lewis Hanke, deduce que Luis Capoche
era sevillano, nacido en 1547 y tal vez muerto por 1613. (En un documento
oficial, fechado en 1585, registra que el cronista tenía 38 años al presentarse
a declarar).<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relación general del asiento y villa
Imperial de Potosí y de las cosas más importantes a su gobierno, dirigida al
Excmo. Sr. Don Hernando de Torres y Portugal, conde del Villa y virrey del
Perú,</i> la terminó Capoche el 10 de agosto de 1585, y la envió a Lima para
ser entregada al nuevo virrey. En esas fechas, el cerro de Potosí recién había
alcanzado la tercera década de su explotación.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Como
resulta común con estos documentos históricos de América, el original se perdió
y se han encontrado en el Archivo general de Sevilla, dos copias, una de 1585
debida a fray Nicolás Venegas de los Ríos, y otra, de un siglo posterior,
realizada por dos copistas poco escrupulosos. El texto que se considera fiel es
el de 1585, y es el utilizado por Hanke para su primera edición en 1959 (más de
cuatro siglos de haber sido escrita).<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Esta
crónica, la primera encontrada (y tal vez la primera escrita) sobre Potosí,
está formada por informaciones detalladas de las vetas existentes, de los
nombres de sus propietarios, de su producción; también trata temas técnicos
sobre la explotación del cerro y el tratamiento a los metales, y propone
medidas para terminar con la explotación y muerte continua de los indios
obligados a trabajar en pésimas y mortales condiciones. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">De
vez en cuando –y más menos que más–, Catoche registra algún hecho anecdótico
sobre la vida en Potosí, puesto que su intención, según declara, es dar una
información lo más inteligible posible, “sin escribir curiosidades en el orden
de estilo”.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Sin
embargo, en la introducción, Catoche realiza una descripción del lugar y de la
vida social en Potosí, que resulta por demás interesante e ilustrativa sobre
las costumbres y condiciones de vida en la tan famosa villa.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">“El
cerro y Villa Imperial de Potosí está situado en tierra fría, de muchas nieves,
estéril y de ningún fruto, y casi inhabitable por su desabrido y mal temple.
Antes del descubrimiento del cerro no tuvo población por su mal temperamento.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">También
se refiere a los “recios vientos que se llaman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tomahavis</i> (por venir de un pueblo de ese nombre); son impetuosos, y
vienen frigidísimos y con tanto polvo y arena que oscurecen el aire y causan
mucho desabrimiento aunque no son enfermos.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">“Llueve
poco en este pueblo y entran las aguas por fin de noviembre, y su fuerza es por
enero y febrero. No se cría en él y sus términos ningún género de
mantenimiento, excepto algunas papas…”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">“El
sitio del lugar es áspero y con cuestas y quebradas. Sus edificios son los
peores que hay en estas partes (por ser sencillos y bajos y mal ordenados) y
chicas (las) casas a causa de ser tierra fría y costosa y haber malos
materiales, y los que las han habitado y habitan son tratantes que van y vienen
sin ningún asiento, a quien toca poco el bien público y el aumento de los
pueblos.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">“…
en este tiempo ha llegado el negocio de las galas de esta villa a tal punto,
que donde no se gastaba más que paño pardo y botas de baqueta (por estar
prohibido antiguamente que se trajesen sedas), andan vestidos de terciopelo y
raja y medias de punto, y apenas se verán calzas que no traigan brocados y
telas de oro, y esto tan general, que oficiales y mulatos se las ponen. Después
(de la introducción de) los azogues se ha ennoblecido esta villa por la mucha
gente que ha ocurrido a ella y los casamientos que se han hecho. Y es tanta la
curiosidad de los atavíos.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">“…
no se halló rastro que los antiguos incas o reyes se hubiesen aprovechado de
sus minas, ni se hallo señal de labor (como en Porco, donde la habían tenido),
ora por alguna vana observancia y ceremonia a que eran inclinados estos indios
(adorando los montes señalados y piedras singulares, la ciega y más engañada
gente, dedicándolos a sus huacas o adoraciones –que era el lugar donde el
demonio les hablaba y hacían sus sacrificios–, se halló fama que queriendo los
indios de Chaqui, que es un pueblo cinco leguas de esta villa, labrarlo, había
sucedido en aquella sazón una mortandad muy grande, que atribuyendo a esto lo
dejaron; y es sabido por el Inca, temeroso de estos abusos (¿avisos?), mandó
que no se labrase; y que los indios oyeron voces en el aire que decían que para
otra gente mejor estaba guardado y que habían de sacrificarle más que ellos) o
por serles ignotos y no sabido su valor y su riqueza, teniéndola Dios guardada
y oculta tantos siglos para remedio y socorro de nuestra nación. Y así hizo
Dios ricos de bienes temporales a estos reinos, conociendo nuestra inclinación
que tan rendida está a estos metales, porque si faltaran, dificultosamente se
predicara por ser tierra tan remota e incomodada.”<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
descripción escrita por Capoche del descubrimiento de la primera mina del cerro
de Potosí, es similar a las consignadas por diversos historiadores al tratar
sobre la inmensa riqueza de ese cerro. Se duda que la relación de Catoche haya
sido conocida antes de la fecha de la publicación de Hanke, quien, sin embargo,
encuentra en la historia del padre Acosta palabras idénticas a las de Catoche,
como si hubiera tenido a la vista el manuscrito al escribir la suya; en la
historia de Herrera encuentra sentencias características de Capoche; y anota
que León Pinelo consideraba a Capoche como una de las autoridades de su nunca
concluida historia de la villa de Potosi.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 10pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">Prólogo de Lewis
Hanke a la edición citada de Atlas. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">“Relación del
Cerro de Potosí y de su descubrimiento”, por Rodrigo de la Fuente; “Relación
muy particular del cerro y minas de Potosí… (1573), por Nicolás de Benino;
“Descripción de la Villa y Minas de Potosí (1603)”, anónima, en: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relaciones geográficas de Indias. Perú. Tomo
II.</i> Ministerio de Fomento. Madrid, 1885. Págs. 88 a 136 <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">Historia de la Villa Imperial de Potosí, </span></i><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">por Nicolás de
Martínez Arzanz y Vela. Edición e introducción de Gustavo Adolfo Otero. Emecé
Editores. Buenos Aires, 1943. Pág. 107.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<o:p><span style="font-family: Calibri;"> </span></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-40792964930664222842013-05-11T03:24:00.005-07:002013-05-11T03:53:49.845-07:00<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 19.85pt;">
<span style="color: #666666; font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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<br />
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><br />
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 19.85pt;">
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">El<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>DUENDE PARLERO<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 120.5pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pedro Sánchez de Aguilar<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Tampoco vendrá fuera de propósito traer a la memoria cuan perseguida,
alborotada y escandalizada estuvo la villa de Valladolid, mi patria, los años
de 1560, según mi cuenta, con un demonio parlero o duende (caso estupendo, e
inaudito), que hablaba y tenía platica de conversación con cuantos querían
hablarle a las ocho o diez de la noche a candiles apagados, y sin luces.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">El
duende hablaba al modo y voz de un papagayo, y respondía a cuanto le pedía un
hidalgo conquistador, llamado Juan López de Mena natural de Logroño, y otro conquistador,
llamado Martín Ruiz de Arce de las montañas de Burgos, en cuyas casas este
duende hablaba y conversaba más que en otras, los cuales le mandaban tocar una
vihuela, y la tocaba diestramente, y sonaba castañetas, y bailaba tocándole
otro, él se regocijaba y reía, (pero no le vieron, ni se dejó ver.).<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y preguntándole donde había estados dos o tres
noches que no había venido a conversación, decía que había estado en esta
ciudad en casa de un conquistador llamado Lucas de Paredes, yerno de un hidalgo
vecino de la dicha villa, llamado Álvaro Osorio, natural de Salamanca, conquistador
asimismo, porque decía que era su aficionado, y daba razón de su salud y
sucesos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: left;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">II.- CASO
DE ADMIRACIÓN<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Otras
veces hablaba mal de algunas doncellas y (de) una levantó un falso testimonio
diciendo que su padras- tro la trató mal injustamente, pero a un demonio no se
debe dar crédito, que es padre de mentiras, testimoñero, y cizañador. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Preguntándole
quién era, y de dónde afirmaba que era, decía ser cristiano, y de Castilla la
vieja, y rezaba el <em>Pater noster</em>, y
otras oraciones.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">A
los principios no hacía daño alguno, ni fue perjudicial en estas dos casas
donde hablaba, aunque en otras lo era, y tiraba piedras, sin hacer daño con
ellas, y hacía ruido en las azoteas y zaquizamíes, con lo que espantaba a los
que no le habían oído hablar.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
muchas veces tiraba huevos a las mujeres y doncellas. Y enfadada una tía mía, e
dijo una vez: “Vete demonio de esta casa”, el duende la dio una bofetada,
dejándole el rostro más colorado que una grana.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">III.-
QUIERE EL CURA CONJURAR A ESTE DUENDE, Y LE HACE UNA BURLA<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">En
otras casas hacía ruido, y no más, y luego iba a las dos en la que él más
cursaba, y haciendo ruido y silbos como una chicharra, ser reía y contaba lo
que le había pasado en las otras casas, y los asombros y espantos que había hecho.
<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Sucedió
que el cura de aquella villa, llamado Tomás de Lersundi, lo quiso conjurar,
para lo cual llevó el ritual, el manual y el hisopo debajo la capa. Disfrazado
una noche fue a una de las dos casas donde hablaba, y lo esperó a que hablase,
y, aunque lo llamaron no vino, ni habló.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">E
ido el cura, hizo el ruido que solía, riéndose muchísimo, y vuelto el cura a su
casa, donde había dejado la mesa puesta para cenar, y una fuente de buñuelos y
una limeta de buen vino, cerrada la casa, halló en la fuente mucho estiércol de
su mula, y la limeta llena de orines añejos, al punto que el cura salió del
conjuro que iba a hacer, riéndose mucho, dijo el duende, “el cura me quería
coger, pues no me cogerá, y allá vera en su mesa con quien se burla”. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">IV.- CASO
RIDÍCULO DEL DUENDE<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
rogándole que dijese lo que pasaba, dijo la burla dicha, y por la mañana lo
contó el cura a todo el pueblo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">También
hacía un alacrán de cera, o una sabandija, y la pegaba a la pared para asombrar
a algunos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Sucedió
que el conquistador Iván López de Mesa estando en esta ciudad preso, le habló
el duende al oído una noche, y le dijo estas palabras: “Amigo, tu mujer te ha
parido un braguilote”, y a la mañana López de Mesa lo contó a todos los presos.
Y de allí, a pocos días, le vino carta, en que le avisaban haber parido su
mujer un hijo y esta ciudad esta a treinta y cuatro leguas de Valladolid. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
sabiendo el señor Obispo los falsos testimonios que decía el duende y los
denuestos con que infamaba a algunos, mandó con graves censuras, que ninguno le
hablase ni respondiese.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
cumpliendo con estas descomuniones, los vecinos dejaron de hablarle, y
responderle: por lo cual le dio a este demonio o duende por llorar, y quejarse
del Obispo, y ya no hacer mayores ruidos, golpes y estruendos en las azoteas y
terrados, con lo que asombraba y quitaba el sueño.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Después
de esto, le dio por quemar las casas, que entonces, eran las más de paja y de
unas palmas que llaman Guano. Por lo cual los vecinos acudieron al favor divino
y se juntaron en la Iglesia, y pidieron al cura echase suerte por un santo abogado,
y prometieron de celebrar su fiesta con procesión al Convento de S. Francisco.
Y les cupo en suerte el bienaventurado san Clemente Papa, y mártir, que es el
23 de Noviembre; y en este día voy trasladando este informe para imprimirlo,
siendo Dios servido, y en su nombre acuso a mis compatriotas en el descuido que
vi en ir a la procesión, dejando solo al Cura, siendo el voto de la villa en
común, y de sus padres, y abuelos. En el retablo de la Iglesia está este Santo
con un demonio atado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Calló
el duende por más de treinta o cuarenta años, hasta los años de 1596, que
siendo yo cura en la dicha villa, volvió este demonio a infestar algunos
pueblos de mis anexos, quemando las casas de los pobres Indios, y en particular
en el pueblo de Yalcoba, de donde fui llamado por los Indios devotos para que
lo conjurase y desterrase de aquel pueblo, donde a medio día puntualmente, o a
la una de la tarde entraba en un remolino de viento, levantando gran polvareda,
y con un ruido como de huracán y piedra, paseaba todo el pueblo o la mayor
parte de él, Y aunque los Indios se prevenían luego en apagar aprisa el fuego
de sus cenizas, no aprovechaba; porque de las llamas con que este demonio es
atormentado, despe-día centellas visibles, que como unas cometas nocturnas y estrellas
errátiles, pegaba fuego a dos o tres casas en un instante, y de ellas se abrasaba
la que no tenía gente bastante para apagar el fuego con baldes de agua y mantas
mojadas, con lo que tenía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a los
miserables Indios asombrados, y temerosos, y se salían a dormir a la sombra, y
abrigo de sus árboles frutales, altos y coposos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
habiendo yo llegado a este pueblo, y comunicado con los Indios la Misa cantada
y solemne que pedían, la misma noche por su despedida quemó una casa bien
grande. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Y
habiendo otro día dicho Misa cantada a la intercesión del Arcángel San Miguel,
abogado de estos Indios, hice mi oficio de cura, y en la puerta que cae al Sur
conjuré a este demonio, y con la Fe, y se lo que Dios me dio, le mandé que no
entrase más en aquel pueblo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 19.85pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; mso-ansi-language: ES-MX;">Con
lo cual volvió este demonio a infestar y perseguir la dicha villa de Valladolid
con nuevos incendios en las casa de los pobres vecinos, que no eran de teja: y
poniendo cruces en todos los caballetes, cesó este daño por algunos años,
aunque todos lo atribuían a los muchos hechiceros, encantadores, y idólatras de
estos tiempos, lo cual no deja de tener fundamento y sospecha verisímil. Y yo
tuve preso a un natural del pueblo de Tecoc ,gran idólatra, encantador, que
encantaba y cogía con la mano una víbora o culebra de cascabel con ciertas
palabras de la gentilidad, hasta decir que con ellas invoca al demonio y
príncipe de las tinieblas y cavernas, y las escribí por curiosidad y que no son
dignas de papel y tinta (ne forté).<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">Sánchez de Aguilar, Pedro: <em>Informe contra los adoradores de ídolos del
obispado de Yucatán</em>. Linkgua. Barcelona, 2007. Ver págs. 99 a 102.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">NOTA<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">La nación Maya es una de las más
enigmáticas culturas de América. Hasta hoy se ha descifrado una mínima parte de
su historia, de sus costumbres, de sus creencias y su religión. Quedan testimonios
de que en el siglo XVI, en 1562, un sacerdote franciscano, Diego de Landa,
quemó decenas de relaciones mayas llenas de jeroglíficos y dibujos. El mismo
Landa lo dice: “Les hallamos gran número de libros de estas sus letras, y
porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio,
se los quemamos todos, lo cual sentían a maravilla y les daba pena.”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Los religiosos que trabajaron en la zona
maya durante el siglo XVI, se entusiasmaban con la cantidad de indígenas que
aceptaban la religión católica, y se desconcertaban al descubrir que los mayas
no tenían el menor problema en aumentar sus prácticas religiosas agregando un
nuevo dios a sus altares y a sus ceremonias.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">En el libro <em>Informe contra los adoradores de ídolos</em>, el sacerdote yucateco
Pedro Sánchez de Aguilar reacciona frente a dos problemas: el primero es el
resurgimiento de la idolatría en el país maya –más que resurgimiento, es de la no
extinción de esa religión de lo que se trata; el segundo es demostrar la razón
positiva que le lleva a contestar afirmativamente la pregunta que recorre todo
el libro: “¿Puede el Obispo de Yucatán, aprehender, encarcelar y azotar, sin el
auxilio del brazo secular, a los indios de esta Provincia, que adoran a los
ídolos?”.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">La defensa de esta autonomía religiosa
–razón de ser del libro-, tiene en sus páginas previas a la conclusiones
finales, lo que llama “traer a la memoria” para “saborear” la historia de la Virgen
que sudó en Aragón, para de ahí pasar a la Virgen de Mérida y a la Virgen de la
parroquia de Santa Ana, que también sudaron en Yucatán, y lo que al principio
lo atribuyó al nuevo barniz que le pusieron en México, al leer “el milagro de
Aragón” también aceptó el carácter sobrenatural, milagroso de los hechos. Acto
seguido comenta que en 1607 llovió sangre en Valladolid, tal como atestiguaron
el sacerdote Fernando de Recalde y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los
indios del pueblo de Tixcacal ante el alcalde de esa villa.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Y así, entre los sudores de las imágenes
de la Virgen, y la lluvia de sangre –fenómeno que también se registrará en
otros lugares de Nuevo Mundo-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y
posteriores referencias a hechiceros, hechiceras y sortilegios, Sánchez de
Aguilar incluye, y testimonia su actuación directa en la extinción del famoso
duende de Valladolid que tuvo alterado a Yucatán en el siglo XVI y principios
del XVI, y cuyos asombrosos hechos se propagaron por todo el mundo de habla
española a Nueva España, por el Nuevo Mundo y hasta en España, donde el poeta de
origen venezolano y gran amigo de José Zorrilla, xxxxxxx, publicó en 186x la
leyenda sobre el duende<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">El autor de este <em>Informe contra los adoradores de ídolos</em> nació en Valladolid,
Yucatán, en 1555; nieto del conquistador Fernando de Aguilar y hermano de los
encomenderos </span><span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Alonso y Francisco de Aguilar. Tuvo
estudios de la gramática maya antes de pasar a estudiar en el Colegio de San
Ildefonso y después consiguió el doctorado en la Universidad, de la Ciudad de
México.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Al volver a Yucatán tuvo a su cargo diversas parroquias hasta
pasar a Mérida donde fue adscrito al sagrario de la Catedral; en 1601 de forma
interina se desempeñó como provisor y vicario general de Yucatán; en 1613 fue
designado dean de la Catedral e inicio la redacción de su Informe sobre los
idolatras mayas; en 1617 viajó a España como procurador de Yucatán, llevando
sus escritos, uno de los cuales se perdió: una cartilla de Doctrina Cristiana
en lengua de los indios, en la que había trabajado más tiempo que en el
informe.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Desanimado de la poca atención prestada a su Informe sobre la
idolatría, al que había agregado “un caso estupendo de un duende, o demonio,
que infecto mi patria muchos años”, dejó de interesarse por su impresión, la
cual se realizó en Madrid veintidós años más tarde, en 1639, cuando ya Sánchez
de Aguilar tenía 20 años, desde en 1619, como canónigo de la catedral metropolitana
de la ciudad de la Plata, en la provincia de Las Charcas, “la ciudad más cara
del mundo”, donde se cree que falleció en 1648. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p> </o:p></span></div>
</div>
</span><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 19.85pt;">
<br /></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8109078336877410898.post-65487841502195292902013-05-11T03:14:00.001-07:002013-05-11T03:59:08.997-07:00<br />
<div align="center" style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: center;">
<strong><span style="mso-bidi-font-weight: normal; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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<strong><span style="mso-bidi-font-weight: normal; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><v:stroke joinstyle="miter"><v:formulas><v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"><v:f eqn="sum @0 1 0"><v:f eqn="sum 0 0 @1"><v:f eqn="prod @2 1 2"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"><v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"><v:f eqn="sum @0 0 1"><v:f eqn="prod @6 1 2"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"><v:f eqn="sum @8 21600 0"><v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"><v:path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"><v:shape alt="Descripción: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkn5c4zFwBmNaeHmj7_VV2wNTdP7p1juObZnwKfiE62gB9OXzNhA3c4C8pkQK8-h6xEKzXPCGPGGAebK1aifCgFozFl-KT4P3DfkJHNXNWTmJMOwAlONICJdWdD5TN1ZRvQN8oR455LI4/s400/Bruja.jpg" o:spid="_x0000_i1025" style="height: 149.25pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 200.25pt;" type="#_x0000_t75"><v:imagedata o:title="Bruja" src="file:///C:\Users\Fernando\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\05\clip_image001.jpg"></v:imagedata></v:shape></v:path></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:f></v:formulas></v:stroke></v:shapetype></span></strong> </div>
<div align="center" style="mso-pagination: no-line-numbers; text-align: center;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">LA BRUJA DE CARTAGENA</span></strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"> <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Juan Rodríguez Freyle<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">En
las flotas que fueron y vinieron de Castilla después de la prisión de Montaño,
pasó en una de ellas un vecino de esta ciudad, a emplear su dinero: era hombre
casado, tenía la mujer moza y hermosa; y con la ausencia del marido no quiso
malograr su hermosura, sino gozar de ella. Se descuidó e hizo una barriga,
pensando poderla despedir con tiempo; pero antes del parto le tocó a la puerta
la nueva de la llegada de la flota a la ciudad de Cartagena, con lo cual la
pobre señora se alborotó y hizo sus diligencias para abortar la criatura, y
ninguna le aprovechó. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Procuró
tratar su negocio con Juana García, su madre, digo su comadre: ésta era una
negra horra que había su–bido a este Reino con el Adelantado don Alonso Luis de
Lugo; tenía dos hijas, que en esta ciudad arrastraron hasta seda y oro, y aun
trajeron arrastrados algunos hombres de ellas. Esta negra era un poco voladora,
como se averiguó; la preñada consultó a su comadre y le dijo su trabajo, y lo
que quería hacer, y que le diese remedio para ello. Le dijo la comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–¿Quién
os ha dicho que viene vuestro marido en esta flota?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió la señora que él propio se lo había dicho, que en la primera ocasión
vendría sin falta. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió la comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Si
eso es así, espera, no hagas nada, que quiero saber esta nueva de la flota, y
sabré si viene vuestro marido en ella. Mañana volveré a veros y dar orden en lo
que hemos de hacer; y con esto queda con Dios.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El
día siguiente volvió la comadre, la cual la noche pasada había hecho apretada
diligencia, y venía bien informada de la verdad. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
dijo a la preñada:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Señora
comadre, yo he hecho mis diligencias en saber de mí compadre: verdad es que la
flota está en Cartagena, pero no he hallado nueva de vuestro marido, ni hay
quien diga que viene en ella.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
señora preñada se afligió mucho, y rogó a la comadre le diese remedio para
echar aquella criatura, a lo cual le respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–No
hagáis tal hasta que sepamos la verdad, si viene o no. Lo que puedes hacer
es... ¿veis aquel lebrillo verde que está allí?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Dijo
la señora:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Sí.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues,
comadre, henchídmelo de agua y metedlo en vuestro aposento, y aderezad qué
cenemos, que yo vendré a la noche y traeré a mis hijas, y nos holgaremos, y
también prevendremos algún remedio para lo que me decís que queréis hacer.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Con
esto se despidió de su comadre, fue a su casa, previno a sus hijas, y en siendo
noche juntamente con ellas se fue en casa de la señora preñada, la cual no se
descuidó en hacer la diligencia del lebrillo de agua. También envió a llamar
otras mozas vecinas suyas, que se viniesen a holgar con ella aquella noche. Se
juntaron todas, y estando las mozas cantando y bailando, dijo la comadre
preñada a su comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Mucho
me duele la barriga: ¿queréis vérmela?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Respondió
la comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Sí
lo haré: tomad una lumbre de esas y vamos a vuestro aposento.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Tomó
la vela y se entraron en él. Después que estuvieron dentro cerró la
puerta y le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Comadre,
allí está el lebrillo con el agua.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
tomad esa vela y mirad si veis algo en el agua.<br />
Lo hizo así, y estando mirando le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Comadre,
aquí veo una tierra que no conozco, y aquí está fulano, mi marido, sentado en
una silla, y una mujer está junto a una mesa, y un sastre con las tijeras en
las manos, que quiere cortar un vestido de grana.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
dijo la comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
esperad, que quiero yo también ver eso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Se
llegó junto al lebrillo y vio todo lo que le había dicho. Le preguntó la
señora comadre:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–¿Qué
tierra es esta?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Y
le respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Es
la isla Española de Santo Domingo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">En
esto metió el sastre las tijeras y cortó una manga, y se la echo en el hombro.
Dijo la comadre a la preñada:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–¿Queréis
que le quite aquella manga a aquel sastre?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
¿cómo se la habéis de quitar?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Como
vos queráis, yo se la quitaré.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Dijo
la señora:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
quitádsela, comadre mía, por vida vuestra.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Apenas
acabó la razón cuando le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
vedla ahí –y le dio la manga.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Se
estuvieron un rato hasta ver cortar el vestido, lo cual hizo el sastre en un
punto, y con el mismo desapareció<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>todo,
que no quedó más que el lebrillo y el agua. Dijo la comadre a la señora:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Ya
habéis visto cuán despacio está vuestro marido, bien podéis despedir esa
barriga, y aún hacer otra.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
señora preñada, muy contenta, echó la manga de grana en un baúl que tenía junto
a su cama; y con esto se salieron a la sala, donde se estaban holgando las
mozas; pusieron las mesas, cenaron altamente, con lo cual se fueron a sus
casas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Digamos
un poquito. Conocida cosa es que el demonio fue el inventor de esta maraña, y
que es sapientísimo sobre todos los hijos de los hombres; pero no les puede
alcanzar el interior, porque esto es sólo para Dios. Por conjeturas alcanza él,
y conforme los pasos que da el hombre, y a dónde se encamina. No reparo en lo
que mostró en el agua a estas mujeres, porque a esto respondo, que quien tuvo
atrevimiento a tomar a Cristo, señor nuestro, y llevadlo a un monte alto, y de
él mostrarle todos los Reinos del mundo, y la gloria de él, de lo cual no tenía
Dios necesidad, porque todo lo tiene presente, que esta demostración sin duda
fue fantástica; y lo propio sería lo que mostró a las mujeres en el lebrillo
del agua. En lo que reparo es la brevedad con que dio la manga, pues apenas
dijo la una: “pues quitádsela comadre,” cuando respondió la otra: “pues vedla
ahí,” y se la dio; también digo que bien sabía el demonio los pasos en que
estas mujeres andaban, y estaría prevenido para todo. Y con esto vengamos al
marido de esta señora, que fue quien descubrió toda esta volatería.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Llegado
a la ciudad de Sevilla, al punto y cuando ha-bían llegado parientes y amigos
suyos, que iban de la isla Española de Santo Domingo, le contaron de las
riquezas que había en ella, y le aconsejaron que emplease su dinero y que se
fuese con ellos a la dicha isla. El hombre lo hizo así, fue a Santo Domingo y
le sucedió bien; se volvió a Castilla y empleó; e hizo segundo viaje a la isla
Española. En este segundo viaje fue cuando se cortó el vestido de grana; vendió
sus mercaderías, volvió a España, y empleó su dinero; y con este empleo vino a
este Nuevo Reino en tiempo que ya la criatura estaba grande y se criaba en casa
con nombre de huérfano. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Se
recibieron muy bien marido y mujer, y por algunos días anduvieron muy contentos
y conformes, hasta que ella comenzó a pedir una gala, y otra gala, y a vueltas
de ellas se entremetían unos pellizcos de celos, de manera que el marido andaba
enfadado y tenían malas comidas y peores cenas, porque la mujer de cuando en
cuando le picaba con los amores que había tenido en la isla Española. Con lo
cual el marido andaba sospechoso de que algún amigo suyo, de los que con él
habían estado en la dicha isla, le hubiese dicho algo a su mujer. Al fin fue
quebrantado de su condición, y regalando a la mujer, por ver si le podía sacar
quién le hacia el daño. Al fin, estando cenando una noche los dos muy
contentos, le pidió la mujer que le diese un faldellín de paño verde, guarnecido:
el marido no salió bien a esto, poniéndole algunas excusas; a lo cual le
respondió ella:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–A
fe que si fuera para dárselo a la dama de Santo Domingo, como le disteis el
vestido de grana, que no pusierais excusas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Con
esto quedó el marido rendido y confirmado en su sospecha; y para poder mejor
enterarse la regaló mucho, dióle el faldellín que le pidió y otras galitas, con
que la traía muy contenta. En fin, una tarde que se hallaron con gusto le dijo
el marido a la mujer:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Hermana
¿no me diréis, por vida vuestra, quién os dijo que yo había vestido de grana a
una dama en la isla Española?<br />
Respondió le la mujer:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
¿queréoslo negar? Decidme vos la verdad, que yo os diré quién me lo dijo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Halló
el marido lo que buscaba, y le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Señora,
es verdad, porque un hombre ausente de su casa y en tierras ajenas, algún
entretenimiento había de tener. Yo di ese vestido a una dama.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Dijo
ella:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
decidme, cuando lo estaban cortando, ¿qué faltó?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
respondió:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–No
faltó nada.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Respondió
la mujer diciendo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Qué
amigo sois de negar las cosas. ¿No faltó una manga?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El marido hizo memoria, y dijo:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Es
verdad que al sastre se le olvidó de cortarla, y fue necesario sacar grana para
ella.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Entonces
le dijo la mujer:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Y
si yo os muestro la manga que faltó, conocerla héis.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Le
dijo el marido:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Pues
¿la tenéis vos?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Respondió
ella:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Sí,
venid conmigo, y mostrárosla he.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Se
fueron juntos a su aposento, y del asiento del baúl le sacó la manga,
diciéndole:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–¿Es
esta la manga que faltó?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Dijo
el marido:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">–Esta
es mujer; pues yo juro a Dios que hemos de saber quién la trajo desde la isla
Española a la ciudad de Santafé.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Y
con esto tomó la manga y fuese con ella al señor obispo, que era juez
inquisidor, y le informó del caso. Su señoría apretó en la diligencia; hizo
aparecer ante sí la mujer; le tomó la declaración; confesó llanamente todo lo
que había pasado en el lebrillo del agua. Se prendió luego a la negra Juana
García y a las hijas. Confesó todo el caso, y como ella había puesto el papel
de la muerte de los dos oidores. Depuso de otras muchas mujeres, como constó de
los autos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Substanciada
la causa, el señor obispo pronunció sentencia en ella contra todos los
culpados. Corrió la voz; eran muchas las que habían caído en la red, y tocaba
en personas principales. En fin, el Adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada,
el capitán Zorro, el capitán Céspedes, Juan Tafur, Juan Ruiz de Orejuela y
otras personas principales acudieron al señor obispo, suplicándole no se
pusiese en ejecución la sentencia en el caso dada, y que considerase que la tierra
era nueva y que era mancharla con lo proveído.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">Tanto
le apretaron a su señoría, que depuso el auto. Topó sólo con Juana García, que
la penitenció poniéndola en Santo Domingo, a horas de la misa mayor, en un
tablado, con un dogal al cuello y una vela encendida en la mano; a donde decía
llorando: “¡Todas, todas lo hicimos, y yo sola lo pago!” <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">La
desterraron a ella y a las hijas de este Reino. En su confesión dijo que cuando
fue a la Bermuda, donde se perdió la Capitana, se echó a volar desde el cerro que
está a las espaldas de Nuestra Señora de las Nieves, donde está una de las
cruces; y después, mucho tiempo adelante, le llamaban Juana García, o el cerro
de Juana García.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 9pt;">Rodríguez Freyle,
Juan: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Conquista y descubrimiento del
Nuevo reino de Granada</i>. Edición de Jaime Delgado. Historia 16. Madrid, 1986 </span> <o:p></o:p></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<strong><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">NOTA<o:p></o:p></span></strong></div>
<em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">El Carnero</span></em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;"> es una crónica <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">sui generis</span></em> de
Hispanoamérica, y en particular de Colombia. El autor, Juan Rodríguez Freyle,
nacido en Bogotá en 1566 (se supone fallecido en 1640), decidió narrar la
conquista del Nuevo Reino de Granada, pues, a su parecer, había sido descuidada
por los historiadores y estaba en riesgo de ser olvidada; la decisión la puso
en práctica en 1636 y la concluyó en 1638.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">El título que le puso al libro es de una
extensión inaudita, aunque no excepcional en su tiempo, pero lo cierto es que
se le conoce y se le cita sólo como <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El
carnero</span></em>, nombre del que se ignora su razón de ser como título de
una crónica, supuestamente histórica, que transcurre desde 1539 a 1636.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">La parte histórica de <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El carnero</span></em> se opaca
ante la gracia narrativa del autor y la voluntad de privilegiar la pequeña
historia antes que la exactitud histórica. Según los estudiosos, la importancia
de la crónica se encuentra en los más de veinticinco cuentos que se han
acomodado en su desarrollo –Oscar Gerardo Ramos propone llamarlos “historielas”
y Pedro Lastra, “memorabiles"–; son historias de asesinatos, adulterios,
robos, malentendidos, castigos, ejecuciones, todos ellos realizados por la
crema y nata de la sociedad colonial de ese tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">En los dos primeros capítulos, Freyle ya
presenta la tónica de su narración al contarnos, con detalle, como de los mil
cien españoles que viajaron en los cuatro navíos de la flota que llevó a Santa
Marta el nuevo gobernador Fernández de Lugo, un par de años más tarde sólo
sobrevivían 167, “entre soldados y capitanes”. En el enfrentamiento natural con
los ríos, los nativos armados de flechas envenenadas (“hierba y ponzoña”), los
tigres y caimanes, las culebras, además “del mal país y temple de la tierra”,
la actuación de los conquistadores fue el descalabro total.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Y para no perder el tiempo, Freyle, en
el siguiente capítulo, el segundo, ya está explicando el origen del nombre “El
Dorado”, atribuyéndolo a una costumbre ceremonial de la “toma de posesión” del
nuevo monarca de la tribu nativa.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Aliadas con estas dos histórielas o
memorábiles, hay un puntual descuido de las fechas históricas del nombramiento,
llegada, salida o muerte de los primeros gobernadores de Santa Marta –ya en el
primer capítulo–, por lo cual es obligación dudar o tratar de confirmar en
otras fuentes las fechas correctas de lo registrado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Del cúmulo de textos, narrados o
considerados cuentos en <em><span style="font-family: "Goudy Old Style","serif";">El
carnero</span></em> –mi opinión juega con la idea de que suman más de veinticinco
los insertados en la crónica–, el más conocido es el seleccionado para esta
antología.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Nadie podrá dudar que la historia de la
bruja es un tema tratado literariamente, y que debe incluirse entre las
primeras obras narrativas de este continente. Es una historia ficticia, amena
de leer, fruto de la imaginación o del folklore de la época, y un cuento
fantástico por sus cuatro costados.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">Un buen apoyo a la voluntad ficticia del
narrador es el mantenimiento hasta el final del hecho inverosímil, y su
interrupción de la historia para reafirmar la veracidad de lo narrado y la atribución
al diablo del hecho fantástico.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "Goudy Old Style","serif"; font-size: 11pt;">La historia se aclara cuando el marido
recibe el trozo de manga de grana que la bruja le había sustraído al sastre de
Santo Domingo. Con esa prueba de la infidelidad del marido, se produce el
desenlace adverso de la historia al poder exhibir ante el obispo, y juez
inquisidor, la manga que faltó mientras se cosía el traje para la amante
circunstancial. Con la condena de la brujería se sitúa el pecado diabólico por
encima del pecado de la infidelidad masculina, el que cual desaparece ante la
contundente exhibición del diablo en favor de la mujer adúltera.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-size: 11pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div style="mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<br />
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-pagination: widow-orphan no-line-numbers; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<o:p><span style="color: #333333;"> </span></o:p></div>
Fernando Tola de Habichhttp://www.blogger.com/profile/10180505530631384038noreply@blogger.com0